1,3 billones de euros. Un 114 por cien del Producto Interior Bruto. Esa es la deuda de las Administraciones Públicas, del Estado, que incluye la Administración Central y la Seguridad Social con un agujero cada vez más grande. Las comunidades autónomas y los Ayuntamientos. Deuda al cierre del mes de noviembre del año 2020. Las previsiones es que al final del ejercicio se vaya al 120 por cien del Producto Interior Bruto. Es decir, nos endeudamos o estamos endeudados muy por encima de lo que somos capaces de producir, de generar, en bienes y servicios durante todo un año.

El interés de esa deuda, a estas alturas, si no fuera por el Banco Central Europeo, estaría comiéndose gran parte, cada vez mayor del presupuesto de gastos. Gastos que destinamos a financiar la construcción o la conservación de las infraestructuras o para transferir a las comunidades autónomas para pagar educación o sanidad, o simplemente para pagar los subsidios de desempleo.

¿Pero hasta cuándo va a estar el Banco Central Europeo sosteniéndonos artificialmente? Lleva desde el año 2018, desde la crisis económica para evitar un colapso de la economía y ahora lo sigue haciendo, pero hasta cuándo distorsionando la realidad.

Con la situación económica que tenemos probablemente los tipos de interés serían bajos pero subirían porque la economía no está para devolver mucho crédito y eso en el mercado se paga en forma de intereses. ¿Hasta cuándo nos va sostener?

Estamos distorsionando el mercado como ocurrió en los años 70. Se subvencionaron los precios del petróleo para que los consumidores no lo sufrieron. Como los precios del petróleo eran bajos, los consumidores siguieron gastando y gastando, y después vino la factura en forma de una crisis mucho más gorda.

Ahora tenemos ahorro porque hay miedo pero el ahorro a tipos de interés muy bajos acaba comiéndoselo. ¿Hasta cuándo va a dura esta situación? En el momento en el que todas las vergüenzas salgan a la luz, vamos tener problemas reales para financiarnos. Deberíamos utilizar los fondos europeos para crear mucha más capacidad productiva, para aumentar nuestra riqueza, al menos, para ser capaces de devolver una deuda que está al 114 del PIB y subiendo.