Iván Espinosa de los Monteros apunta a los valores que debería recuperar la derecha para ganar la batalla cultural: "Hay que cambiar..."
El exdiputado de Vox presenta su libro 'España tiene solución. Hacia un futuro brillante y próspero', en el que traza una hoja de ruta para reconstruir el país desde la credibilidad institucional y el cambio cultural

Iván Espinosa de los Monteros, en 'El Cascabel'
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Iván Espinosa de los Monteros, exdiputado de Vox y una de las voces que lideró el partido presidido por Abascal durante 10 años, lanza un diagnóstico contundente en su nuevo libro España tiene solución. Hacia un futuro brillante y próspero. En él sostiene que la continuidad de Pedro Sánchez en la presidencia del Gobierno es incompatible con una recuperación real del país, pero advierte de que su salida tampoco sería suficiente si no se acomete un cambio profundo en las estructuras políticas, económicas e institucionales.
“La salida de Sánchez es una condición necesaria, pero no suficiente”, explica. La referencia histórica es clara: "en 2011 cuando el problema era quitar a Zapatero, se quitó a Zapatero, pero no se evolucionó". Para Espinosa, España necesita algo más que alternancia: necesita una transformación de fondo, una revisión completa del modelo actual.
Recuperar la credibilidad institucional, primer paso hacia la regeneración
"Lo primero, es quitar a Pedro Sánchez y lo segundo es restituir la confianza en las instituciones" señala, una de las grandes preocupaciones del exdiputado es el deterioro institucional. En sus palabras, órganos fundamentales como RTVE, la agencia EFE, la Fiscalía, el Tribunal Constitucional o el Tribunal de Cuentas han sido "colonizados" por el actual Gobierno, perdiendo la independencia que define a una democracia funcional.
“El verdadero reto es devolver la credibilidad a las instituciones. Sin eso, no hay democracia real”, afirma. Espinosa reclama una regeneración institucional basada en la separación de poderes, el respeto al Estado de derecho y la neutralidad de los órganos de control. Según él, solo así se puede volver a ganar la confianza de los ciudadanos.
También dice, que una vez restituida la credibilidad de estas instituciones, el siguiente paso es empezar a generar un futuro brillante y próspero a base de un cambio cultural en el que dejemos de castigar, perseguir e insultar al que genera un puesto de trabajo, al autónomo.
Basta de castigar al que emprende
Espinosa de los Monteros denuncia lo que considera una persecución al emprendedor, al autónomo y al generador de empleo. “Parece que en España quien tiene iniciativa está en el punto de mira”, advierte. Desde su perspectiva, la izquierda ha instalado una cultura de hostilidad hacia el éxito económico, agravada por una presión fiscal excesiva y un discurso que estigmatiza al que prospera.
En el libro relata el caso de un joven empresario que, tras llegar a tener 100 empleados, quebró y ahora trabaja como conductor. “No pide subvenciones, solo que el Estado deje de molestar”, resume Espinosa. Para él, este testimonio refleja el cambio que necesita España: dejar de obstaculizar al que quiere crecer y comenzar a premiar el esfuerzo, la iniciativa y la innovación.
La batalla cultural: sin relato no hay reforma posible
Más allá de la economía y la política, el autor identifica una dimensión clave: la cultura. A su juicio, uno de los principales errores de la derecha ha sido no presentar su modelo de forma atractiva y convincente. "Hay que cambiar el vocabulario, y luego el contexto cultural", explica.
Espinosa defiende una nueva narrativa basada en el mérito, el esfuerzo, la ley y el orden, y la movilidad social. Critica que hoy más de la mitad de los adultos sean dependientes del Estado y alerta de las consecuencias de un país que penaliza al que produce y premia al que no lo hace. “No se trata de imponer, sino de convencer. Y para eso, hay que creer en las ideas y saber comunicarlas”, sentencia.
En España tiene solución, el autor no solo lanza críticas, sino que plantea una hoja de ruta hacia una nación próspera: recuperar la independencia institucional, liberar al sector productivo del intervencionismo estatal y ofrecer un relato atractivo que inspire a los españoles a confiar en un futuro mejor. Su mensaje final es claro: "España tiene solución, pero no con las recetas del pasado ni con quienes han sido parte del problema".