Pues sí, ha sido acertada la comparación que ha hecho Felipe González con el Gobierno de Sánchez. Cuando ha dicho que este Gobierno se parece al camarote de los hermanos Marx. Que cada vez que alguno pide o dice algo, salta otro y responde con '¡Y dos huevos duros!'. O sea, que está reflejando efectivamente lo que significa y proyecta este Gobierno: improvisación, falta de entendimiento, descoordinación, imprevisión... Y, probablemente, todo aquello que menos podemos esperar los ciudadanos. Que es confianza y certidumbre. Que es lo que este Gobierno no genera de ninguna de las maneras. Todo lo contrario: mucha confusión, mucha desconfianza y mucha incertidumbre. Y, además, inquietud. A la vista de cómo se comportan algunos de los ministros y de las cosas que hacen y dicen en una situación tan excepcional y tan grave como la que estamos viviendo.

Y claro, después de esta comparación que ha hecho Felipe González (insisto: muy acertada y que además refleja perfectamente la situación que proyecta el Gobierno), cabe preguntarse cómo podemos no criticar a este Ejecutivo después de las cosas que han hecho y dicho de forma conjunta o de manera individual algunos de los ministros en relación con la crisis sanitaria. Ahora tampoco puede extrañarle a Pedro Sánchez que desde sus predios más sólidos, aquellos que han representado las esencias del Partido Socialista en años atrás (como el propio Felipe González), le critiquen también, y a su Gobierno, por la forma de proceder que tiene. Y por la forma de gestionar.

Si lo hace Felipe González, ¿cómo no lo vamos a hacer los demás, cuando hemos criticado a este Gobierno por su nefasta gestión a propósito de la crisis sanitaria y por la poca certidumbre y confianza que está generando para sacarnos adelante, una vez que controlemos esta epidemia (si la conseguimos controlar), de la situación económica grave que se está generando?

Así que veremos, pero, desde luego, no es nada halagüeño todo lo que se está viviendo y lo que nos espera a partir de ahora.