Un obispo entrega una cruz medieval al museo sin saber que siglos después sería el símbolo más reclamado de El Bierzo
La Cruz de Peñalba, considerada el símbolo más antiguo del culto a Santiago en el arte mozárabe, guarda tras de sí una historia de batallas, reyes y fe

Madrid - Publicado el
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Un regalo de rey tras una victoria crucial
La Cruz de Peñalba fue ofrecida por el rey Ramiro II de León en agradecimiento por la victoria en la batalla de Simancas en el año 939, uno de los episodios más decisivos en la lucha entre el reino leonés y el califato de Córdoba, entonces bajo el mando de Abderramán III. Según la tradición, el monarca atribuyó su triunfo a la intervención del Apóstol Santiago, lo que dio origen a este exvoto.
El rey entregó la cruz al abad Genadio, figura clave en la consolidación del monasterio de Santiago de Peñalba como centro espiritual y cultural de la Tebaida leonesa. La pieza fue concebida como símbolo procesional y probablemente como insignia de batalla, en la línea del “vexillum” bizantino, reflejando la recuperación asturleonesa de la estética y simbología del antiguo poder visigodo.

LA CRUZ DE PEÑALBA
Con forma de cruz griega equilátera, y realizada en latón (azófar u oricalco), la cruz mide 49 cm por cada lado. Su decoración incluye una orla de tallos cincelados y elementos añadidos posteriormente, como las letras alfa y omega o los chatones de pedrería sin valor simbólico. Esta simplicidad estructural, unida a su potente carga simbólica, la convierte en una de las joyas más relevantes del arte mozárabe.
Un símbolo que trasciende lo religioso
Más allá de su función religiosa o litúrgica, la Cruz de Peñalba adquirió con el tiempo un estatus profundamente identitario. Su imagen aparece en el escudo y la bandera de El Bierzo, y es utilizada como emblema por instituciones, empresas y asociaciones culturales del territorio.

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A lo largo del siglo XX, se realizaron réplicas del original, una de las cuales se expone en el Museo del Bierzo. El original, sin embargo, fue donado en 1879 por el obispo Mariano Brezmes al Museo de León, donde se conserva desde entonces. Esta donación se produjo en un contexto en el que muchas piezas religiosas se dispersaban, como ocurrió con el cáliz y la patena del monasterio de Peñalba, vendidos por familiares de un arzobispo al Museo del Louvre en 1886.
La cruz fue expuesta fuera de la provincia por primera vez en 1929, en la Exposición Internacional de Barcelona, convirtiéndose en un referente nacional del arte medieval hispánico.
Una demanda histórica aún sin respuesta
En las últimas décadas, numerosas voces en El Bierzo han exigido la devolución de la cruz a su lugar de origen. Asociaciones culturales, partidos políticos y ciudadanos anónimos han promovido campañas para que la Cruz de Peñalba regrese al valle donde fue concebida hace más de mil años.
El 27 de julio de 2016, el Pleno de la Diputación Provincial de León aprobó por unanimidad solicitar su cesión por parte del Museo de León. A pesar de ese acuerdo institucional, la pieza sigue en la capital leonesa, lejos de Peñalba de Santiago, la pequeña localidad donde nació su leyenda y desde donde aún hoy muchos reclaman su retorno.
Mientras tanto, la cruz permanece como un símbolo disputado entre el recuerdo de un glorioso pasado real y las aspiraciones de un presente que busca reencontrarse con sus raíces.
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