Solo 73 personas viven en este pueblo gallego, pero su puente esconde una de las leyendas más impactantes del Camino a Finisterre
Enclavado en el corazón de Galicia, esta pequeña aldea forma parte de la prestigiosa lista de los más bonitos de España, pero más allá de su belleza, esconde una historia antigua que lo convierte en un lugar único

Pontemaceira
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A tan solo 17 kilómetros de Santiago de Compostela, entre los municipios de Negreira y Ames, se esconde uno de los tesoros patrimoniales más sorprendentes de Galicia. A Ponte Maceira, una pequeña aldea de apenas 73 habitantes, ha sido reconocida desde 2019 como uno de los pueblos más bonitos de España, y no es para menos: su conjunto monumental, la leyenda que rodea su puente medieval y su íntima relación con el Camino de Santiago la convierten en un enclave mágico donde historia y paisaje conviven a la perfección.
Rodeada por naturaleza y abrazada por el río Tambre, la aldea es atravesada por un puente de origen medieval que marca el ritmo pausado de un lugar que parece detenido en el tiempo. El puente, construido en el siglo XIII sobre restos de una antigua estructura romana, es hoy uno de los elementos arquitectónicos más fotografiados por los peregrinos que caminan hacia Finisterre tras visitar la tumba del Apóstol.
Un puente, una batalla y una leyenda milagrosa
El puente de Pontemaceira no solo conecta físicamente las dos orillas del Tambre, también une el presente con una historia rica en simbolismo y leyenda. Según la tradición cristiana, fue aquí donde los discípulos de Santiago el Mayor, huyendo con los restos de su maestro, lograron escapar de los soldados romanos gracias a una intervención divina que hizo colapsar el puente tras su paso. Esta narración ha alimentado el imaginario popular y reforzado el misticismo del lugar, que se mantiene como punto clave en el Camino de Santiago a Finisterre, la prolongación del Camino de Santiago que busca el fin del mundo antiguo en la costa gallega.

Pontemaceira
La historia documentada también sitúa a Pontemaceira en el centro de conflictos militares. A comienzos del siglo XII, una batalla enfrentó aquí a las tropas del primer arzobispo de Compostela, Diego Gelmírez, contra las fuerzas de Pedro Froilaz de Trava y sus hijos. Este episodio es recogido en la Historia Compostelana, subrayando la importancia estratégica de este paso en las disputas territoriales de la época.
Patrimonio vivo a orillas del Tambre
El conjunto monumental de A Ponte Maceira va mucho más allá de su emblemático puente. El entorno incluye un antiguo molino restaurado, una presa tradicional, una pequeña capilla y un pazo, todos ellos integrados en el entorno natural con una armonía que enamora al visitante.
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Un lugar en la tierra: Santiago de Compostela
Entre las joyas arquitectónicas del lugar destaca también la iglesia románica de Santa María de Portor, considerada una de las más completas de la comarca de A Barcala. Con una nave estructurada en cuatro tramos, arcos ciegos, capiteles historiados y un elegante portal lateral, esta iglesia aún conserva su función como priorato dependiente del monasterio compostelano de San Martín Pinario.
La ermita de San Brais, también conocida como capilla del Carmen o capilla de San Blas, suma encanto al conjunto. Levantada en el siglo XVIII, fue ampliada en el siglo XIX con un ábside neorrománico, dando fe de la evolución arquitectónica y espiritual de la comunidad a lo largo del tiempo.
Hoy, A Ponte Maceira atrae tanto a peregrinos como a viajeros que buscan un rincón auténtico, donde la piedra y el agua escriben una historia de siglos. Su reconocimiento como uno de los pueblos más bellos del país es también un recordatorio de que en Galicia todavía quedan lugares donde la historia no solo se lee, sino que se respira con cada paso sobre sus viejos adoquines.