Peatones, ciclistas y jinetes se convierten en objeto de especial protección

Entre los cambios más significativos que introduce la última actualización del Código de la Circulación que se acaba de aprobar en el Reino Unido, se encuentra la creación de una nueva jerarquía de usuarios de la vía que asegure que aquellos que pueden causar el mayor daño tengan la mayor responsabilidad. Ese orden va de mayor a menor riesgo y en la cúspide se sitúan los peatones, seguidos de ciclistas, jinetes y conductores de vehículos tirados por caballos. El tercer nivel es para el resto de usuarios: conductores de vehículos grandes de mercancías y pasajeros, furgonetas/minibuses, automóviles/taxis y motocicletas.

Esta regla, conocida como H1, también establece que todos los usuarios de la vía tienen la responsabilidad de garantizar su propia seguridad, así como la de los demás.

La regla H2 se dirige a conductores, motociclistas, jinetes y ciclistas. Establece que cuando las personas están cruzando o esperando para pasar en un cruce, el resto del tráfico debe ceder el paso.

Por tanto, se debe dar prioridad a un peatón que espera para cruzar. Hasta ahora se les decía a los conductores que cedieran el paso a los peatones si "habían comenzado a cruzar y el tráfico quería girar hacia la carretera".

El tercer gran bloque de medidas se refiere a las distancias y velocidades de rebasamiento seguras para las personas que conducen o andan en motocicleta cuando adelantan a usuarios vulnerables de la vía, como ciclistas y peatones. Los conductores deben dejar al menos 1,5 metros cuando adelantan a personas que andan en bicicleta, dos metros a los jinetes y la misma distancia cuando se trate de peatones.

Por otra parte, se ha endurecido la sanción por el uso de móvil al volante: cualquiera que sea sorprendido con él mientras conduce se enfrentará a una multa fija de 200 libras y a la retirada de seis puntos en su licencia. Los conductores aún podrán usar un dispositivo manos libres si está asegurado en una base.

La norma en el Reino Unido

Según una investigación de la BBC, la tasa de mortalidad en las carreteras británicas ha aumentado por primera vez en 40 años, a pesar de los avances en la tecnología de seguridad de los vehículos en las últimas dos décadas. El estudio señala que los conductores del Reino Unido habitualmente ignoran las reglas "porque saben que pueden salirse con la suya".

Los cambios suponen que ahora es más probable que un conductor sea penalizado por poner en peligro a otros usuarios de la carretera, especialmente si son captados por una cámara.

El Código de Circulación británico es responsabilidad de la Agencia de Normas para Conductores y Vehículos (DVSA) y se aplica a Inglaterra, Escocia y Gales. Muchas de sus reglas son requisitos legales obligatorios (identificados por el uso de las palabras 'debe'/'no debe'). Por tanto, si no se siguen el usuario está cometiendo un delito y corre el riesgo de ser multado, recibir puntos de penalización en su licencia o ser inhabilitado para conducir. Como en España, en los casos más graves puede ser enviado a prisión.

Otras reglas en el Código usan palabras como 'debería'/'no debería' o 'hacer'/'no hacer', lo que significa que son reglas de asesoramiento. Pero si se incumplen pueden usarse como evidencia en procedimientos judiciales para establecer la responsabilidad.

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