“ Yo soy la vid, vosotros los sarmientos ”
Evangelio según san Juan 15, 1-8; y comentario de José María Calderón, director de OMP

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Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 2
Hermanos:
Yo he muerto a la ley por medio de la ley, con el fin de vivir para Dios.
Estoy crucificado con Cristo; vivo, pero no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí.
Y mi vida de ahora en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.
Salmo de hoy
Salmo 33
Bendigo al Señor en todo momento
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulte al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. El afligid invocó al Señor, él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.
El ángel del Señor acampa en torno quienes lo temen y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R/.
Todos sus santos, temed al Señor, porque nada les falta a los que lo temen; los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».