El duro trabajo de la Iglesia en pandemia: atender al drama de miles de familias con unos cepillos casi vacíos

El Padre Luis Ángel Caballero ha relatado en 'Unidos en COPE' cómo se organizó su parroquia en Madrid para atender a los colectivos más vulnerables del barrio sin apenas ingresos

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La Iglesia ha atravesado también por un 2020 muy duro. Su labor ha permitido paliar la situación desesperada de miles de familias, pese a que sus ingresos se han visto reducidos de manera considerable, ya que la aportación de los fieles al cepillo ha bajado. Al comienzo como consecuencia del confinamiento, y posteriormente por la limitación del aforo en los templos y tambien por el miedo que tienen buena parte de los feligreses, sobre todo los de edad más avanzada, a salir de los hogares.

Reducción de ingresos que se ha dejado ver especialmente en pequeñas parroquias. Para paliar los efectos se puso en marcha en primavera la campaña de la Conferencia Episcopal Española'Dono a mi iglesia', donde los fieles y no fieles pueden hacer su donación tanto a las diócesis como a las 23.000 parroquias de España. A finales de noviembre, la recaudación a través del portal rozaban los cinco millones de euros.



En 'Unidos en COPE' hemos conocido cómo ha sido la vida de la iglesia en este año de pandemia. Para ello, nos hemos trasladado a la iglesia Santísima Trinidad del barrio de la Concepción de Madrid, donde su párroco, el Padre Ángel Luis Caballero, nos contaba que en este 2020 la Navidad es más necesaria que nunca, ya que nos trae esperanza.

“Dentro de esta situación, en la que la gente ha sufrido mucho por los trabajos, el confinamiento, el no poder verse por las limitaciones... hemos mandado este mensaje que la Palabra de Dios nos envía, que es unidos en la esperanza. Darnos cuenta del tesoro que tenemos. En el confinamiento nos hemos dado cuenta de que ha aflorado el lado bueno de las personas, que han querido ayudar a otros, que se han ofrecido como voluntarios de una manera desinteresada para ser un apoyo y que no estemos solos”.

La Misa del Gallo se adelanta a las 19.30h

Como en la mayoría de los templos de nuestro país, la tradicional Misa del Gallo que se celebra en la noche del 24 al 25 de diciembre para celebrar el nacimiento de Jesús, se va a adelantar a la tarde para no ir agobiados con el toque de queda. La Santísima Trinidad no va a ser menos, pero el sacerdote nos cuenta que, lo importante, es celebrarla.

“Hay tristeza por cambiar la tradición, que es comenzar el día de la Navidad celebrando la alegría de que el Señor se encarnó y nos salvó, pero por otro lado tenemos la paz de que podemos celebrar. Lo haremos a las 19.30h para facilitarlo a los mayores y a otras familias que tendría difícil cumplir con el toque de queda. Así, celebraremos todos juntos esta fiesta, que es el centro de la Navidad y su sentido, y luego cenar en familia los pequeños grupos que podamos estar, cuidándonos unos a otros”.

Un año donde las necesidades se han duplicado

Cuando estalló la pandemia y se decretó el Estado de Alarma el 14 de marzo, muchas familias perdieron a sus seres queridos, otros sus empleos, miles de autónomos se arruinaron al verse obligados a cerrar sus negocios... y mucha gente pasó este tiempo en la más absoluta soledad.

Pero la Iglesia no se olvidó de ellos, y se pusieron manos a la obra para tratar de acompañar y ayudar al que más lo necesitaba. El Padre Ángel Luis Caballero, ha explicado en 'Unidos en COPE' cómo se organizaron en su templo.

“Lo primero fue en marzo, que fue cuando muchas personas se encontraron de la noche a la mañana sin trabajo. Muchos estaban sin contrato ni posibilidades de tener un ERTE. Se quedaron sin nada. Tuvimos que responder rápidamente. La parroquia y el barrio fue muy generoso, y no dejaba de sonar el teléfono o de llegar mails de gente que se ofrecían como voluntarios para llevar la compra, ayudar, contribuir, compartir... Organizamos un equipo con voluntarios de Cáritas y otros nuevos que se sumaron para organizamos. Pudimos analizar la situación de vecinos que tenían problemas con los alquileres, el pago de los recibos, darles alimentos...”

Además, los jóvenes se organizaron y fueron repartiéndose a las personas mayores que estaban solas para llamarles por telefono, preocuparse de ellos, escucharles y darles ánimos: “Ya cuando nos desconfinaron, siguieron los problemas con las crisis en las tiendas, la hostelería, los negocios, etc. Y ha seguido el equipo de Cáritas trabajando con nuevos voluntarios. Vamos haciendo campañas a la que la gente responde muy bien. Ahora seguimos atendiendo a más de cien familias”, comenta el sacerdote.

Así sobrevivió la Santísima Trinidad ante la falta de contribución de los fieles

El Padre Ángel Luis recuerda que, durante el confinamiento, la parroquia apenas disponía de fondos: “Solo tiramos con las suscripciones por banco de los fieles que se comprometen de manera fuerte. Es lo que mantuvo económicamente a la iglesia, porque el cestillo y los donativos estaban a cero pese a que la parroquia estaba abierta siempre”.

“Los vecinos, cuando iban a hacer alguna gestión, se pasaban para visitar al Señor y pedir fuerza a Cristo, y con todas las medidas que tomamos de seguridad sanitarias estuvimos aquí para dar esperanza y luz, que la gente no se sintiera sola. Aunque estuviésemos solo los sacerdotes y viniesen cada cierto tiempo alguna persona, pues aquí estuvimos”.

Con la llegada de la 'nueva normalidad', buena parte de los fieles regresaron a la iglesia, pero no todos. El miedo sigue muy presente, a lo que se suma aquellos que han perdido la vida como consecuencia del coronavirus: “Falta aún la mitad de la gente de la parroquia que no ha vuelto. Unos han muerto, otros tienen miedo... Los ingresos han caido a la mitad. Pero para la parroquia, su prioridad son las personas necesitadas y ahí estamos logrando sacar adelante la ayuda que hace falta·.

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