Carta a un comunicador sobre el Papa Francisco
Un agradecimiento al periodista Juan Vicente Boo por su último libro '33 miradas del papa Francisco'

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Querido Juan Vicente Boo: Te estoy muy agradecido por el regalo de tu libro '33 miradas del papa Francisco'. Los años decisivos (Ed. San Pablo) y por la sentida dedicatoria que lo acompaña. No cabe duda de que este pontificado, no tan breve como se pronosticaba, ha influido en tu vida y en la de muchos otros cristianos. Su recuerdo, al igual que el de algunos de sus predecesores, no se borrará fácilmente y sigue siendo una referencia fundamental en el pontificado de León XIV.
Tus años como corresponsal de ABC en el Vaticano han sido toda una experiencia, vital y profesional, en el ámbito de la comunicación, un aspecto que una cierta mentalidad individualista no rechaza expresamente, pero la deforma desde el prisma de la autorreferencialidad. Hizo bien en recordar Francisco en el jubileo de la comunicación de 2025 que “comunicar es lo que hace Dios con el Hijo y la comunicación de Dios con el Hijo es el Espíritu Santo. Comunicar es algo divino”. En efecto, el Dios cristiano no está solo, pese a que así lo han interpretado los arrianismos y unitarismos de toda índole a lo largo de la historia.
Considero que tu libro es una invitación a la comunicación en el estilo de Francisco, y para comunicar hay que plantearse superar tanto los miedos como las comodidades que tiran de todos nosotros para abajo. Me detendré en algunas de esas miradas en la esperanza de que los lectores tengan tiempo de disfrutar y saborearlas como introducción a los grandes documentos de este pontificado. Estoy contigo en recomendar su última encíclica, 'Dilexit nos', donde podemos recrearnos en cómo era la mirada de Jesús (pp. 39-42).
La vida tiene sus sinsabores. Eso nos lo recuerda a veces el pontificado amable y sereno del papa León. Pero Francisco no elude tampoco la referencia a las dificultades. En una de las miradas de tu libro calificas al pontífice argentino como el papa de Teresa de Lisieux y citas la anécdota de la difícil convivencia de la joven religiosa con otra mucho más mayor que pone toda clase de obstáculos para ser ayudada. Dices, Juan Vicente, que aquí hay un trasfondo autobiográfico, un trasfondo que sin duda se da en cualquier existencia humana. Es la dificultad de ayudar a quien no se deja o de dejar que nosotros mismos seamos ayudados. Todo eso lo supera la humildad y la paciencia de Teresa, ancladas en la fe, y que no duda en confiarse a la Madre Superiora de su convento a sabiendas de que esta no le tenía demasiado aprecio.
Recuerdas también que el pontificado de Francisco ha estado marcado por su paciencia. No le han faltado voces críticas también dentro de la Iglesia, aunque siempre ha considerado que “el tiempo es superior al espacio”. Tratar de controlar espacios, es decir ganar trabajosamente en imponer una determinada postura es condenarse a un fracaso dada la fugacidad del tiempo. Francisco no ha practicado la oración del impaciente, que mencionas en el libro, la del que pide paciencia al Señor, pero que sea rápido. En cambio, la fórmula de Francisco es la que siempre ha rejuvenecido al cristianismo: el retorno a las vidas y enseñanzas de los Evangelios y de los Hechos de los Apóstoles.
Por lo demás, en tu libro, Juan Vicente, expresas tu preocupación por un fenómeno universal: el de las religiones politizadas, que no solo afecta al cristianismo, y que consiste en que “algunos políticos manipulan en beneficio propio los sentimientos espirituales de sus conciudadanos”. Tú lo viviste muy de cerca en Estados Unidos en tus años de corresponsal en Washington. Por eso, nos recuerdas que “los católicos airados o amargados difícilmente pueden transmitir el Evangelio”. Todo un contraste con el papa de la fraternidad universal, recordada en la encíclica 'Fratelli tutti', donde se pone en primer plano que “Dios es el padre de todos”.
Las religiones politizadas ponen en evidencia la multiplicación de haters, un término que ha hecho fortuna en inglés. Estos odiadores son muy activos en las redes y erosionan el cristianismo fomentando prejuicios y odios. Tú mismo denuncias la existencias de micro-vídeos manipuladores, de carácter político, que desgraciadamente también afectan a jóvenes católicos. Sin ir más lejos, sobre la situación de los palestinos en Gaza.
Por lo demás, el papa Francisco se ha interesado por la tecnología con algunos de sus mensajes sobre la inteligencia artificial, donde toma como referencia al teólogo Romano Guardini al indicar que no hay ponerse rígidos ante las novedades ni inquietarse ante la posibilidad de que “un mundo de infinita belleza esté a punto de desaparecer”. Francisco pensaba, al igual que Guardini, que “nuestro puesto está en el porvenir”. La tecnología, pese a lo que aseguren algunas obras de ciencia ficción, no ha de ser incompatible ni con la libertad ni con la vida interior.
Entre los diversos calificativos empleados con Francisco está el del papa de la escucha. Me quedo con lo que escribió en la jornada de las comunicaciones de 2022: “Estamos perdiendo la capacidad de escuchar a quien tenemos delante”. Sé, Juan Vicente, que te gusta el eslogan de “aprendiendo a escuchar”, porque tu libro es un resultado palpable de que la escucha es siempre garantía de una buena comunicación.
Te deseo mucho éxito con tus 33 miradas del papa Francisco. Que este libro sea no solo para volver a leer sus palabras sino, sobre todo, para escucharlas en nuestro interior y ponernos en camino.