El valioso Libro Sagrado que ha recibido el Papa Francisco y que se salvó de los ataques yihadistas en Irak

El manuscrito, que data del siglo XIV-XV, será entregado por el Santo Padre a las autoridades religiosas de Qaraqosh durante su visita a Irak entre el 5 y el 8 de marzo

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A menos de un mes de que el Papa Francisco emprenda su viaje apostólico a Irak, entre los días 5 y 8 de marzo, se suceden las noticias en torno al primer viaje internacional que realizará el Santo Padre desde el inicio de la pandemia.

En las últimas horas hemos conocido que el Pontífice ha recibido a 'Sidra', un Libro Sagrado que data del siglo XIV o XV, escrito en arameo. Se trata de un documento que se rescató de los ataques terroristas del Isis en una de las ciudades que visitará Francisco durante su periplo en Irak, Qaraqosh. Será el propio Papa quien devuelva a 'Sidra' a las autoridades religiosas de esta ciudad, ubiada en la llanura de Nínive, el próximo mes.

El valioso manuscrito a punto estuvo de ser quemado en aquellos ataques, pero tras ser salvado fue llevado a Italia, donde se procedió a su restauración durante un periodo de diez meses. Unos trabajos en los que han participado el Ministerio de Bienes Culturales del país de la bota y la Federación de Organismos Cristianos de Servicio Voluntario Internacional (FOCSIV).



El manuscrito, que se encontraba en un avanzado estado de descomposición, fue salvado de la destrucción por sacerdotes locales y contiene oraciones litúrgicas para la Pascua. Por ello, previamente el documento sagrado fue examinado por un laboratorio especializado así como por expertos en lengua y liturgia siríaca debido a que la tinta de los escritos estaba muy dañada.

Identificado en Erbil en enero de 2017 por los periodistas Laura Aprati y Marco Bova el Libro Sagrado fue entregado posteriormente por el Arzobispo de Mosul, Mons. Yohanna Butros Mouché, en manos de los voluntarios de FOCSIV, que lo hicieron llegar en 40 días a Italia.

Algunas de las partes que han sido restauraradas son la encuadernación antigua y la tinta tan especial utilizada para las miniaturas. La Sidra se encontraba en muy mal estado de conservación: desde la estructura, pasando por los pigmentos de las miniaturas y las tintas de la escritura o la fragilidad de los papeles.

Ha sido necesario un examen lingüístico y una comparación con algunos volúmenes siríacos de la misma época conservados en la Biblioteca del Vaticano. El único elemento original del libro que tuvo que ser sustituido ha sido el hilo de costura de los fascículos, que igualmente ha sido conservado.

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