El testimonio de Pepetto, el joven de Cuenca que se reencontró con Dios tras un tiempo de alejado: “Volver a casa”
Su historia es un ejemplo de cómo la fe puede perderse y volver con más fuerza, incluso en tiempos difíciles. Se alejó completamente de Dios, pero encontró el perdón en la fe

Pepeto
Madrid - Publicado el - Actualizado
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José Tomás, conocido como Pepetto, tiene 26 años y es uno de los jóvenes más activos de la diócesis de Cuenca. Su historia es un ejemplo de cómo la fe puede perderse y volver con más fuerza, incluso en tiempos difíciles.
EL DISTANCIAMIENTO DE LA FE DURANTE LA UNIVERSIDAD
Pepetto creció en una familia católica en Tarancón, es el mayor de 5 hermanos y ha vivido siempre rodeado de toda su familia, incluido sus primos y sobretodo su abuela, que es un pilar fundamental en su hogar: “Desde pequeño me han educado en la fe, así que creer en Dios ha sido siempre algo natural para mí”, ha contado.
Sin embargo, al llegar a la universidad, su relación con la fe empezó a debilitarse. Se encontró en medio de un ambiente en el que ser católico no solo no era bien visto, sino que te hacía parecer menos. “En mi caso, nunca negué a Dios, pero, siendo sincero, no sentía que mi fe fuera realmente mía. Creía porque así me lo habían enseñado, no porque lo hubiera descubierto yo”.
Su etapa Erasmus marcó un punto de inflexión: se alejó completamente de Dios y se enfocó en otras cosas, como su relación con una novia que no compartía su fe. “A diferencia de la universidad, donde solía volver a casa muchos fines de semana y mantenía cierto contacto con la Iglesia, en el Erasmus me desconecté por completo de Dios. Me enamoré de una chica, aunque no era creyente. No quiero culparla de mi alejamiento, pero con el tiempo he comprendido que rodearse de personas que viven su fe te acerca a Dios, y juntarte con personas que no tiene fe te aleja también de Él”.
VOLVER A CASA: EL GRUPO DE JÓVENES Y EFFETÁ
Al volver a España, terminó la carrera, seguía con su novia y todo parecía irle bien. “Creía que había encontrado la felicidad. Pero qué equivocado estaba…” Aunque había vuelto físicamente a casa, Dios ya no estaba presente en su vida. Poco después, su novia le dejó. “Y como todo joven en estos casos, parece que el mundo se viene abajo. No sabía dónde sostenerme… hasta que un día, mi primo Luis me animó a volver al grupo de jóvenes”.
El regreso al grupo de jóvenes de su parroquia fue un “volver a casa”, un encuentro con la paz que necesitaba. Pero el verdadero cambio llegó con su participación en Effetá, un retiro espiritual que lo ayudó a sanar y a abrir su corazón. “Encontré perdón. Fue cuando Dios se dejó conocer por mí, justo cuando más lo necesitaba”, asegura.
Hoy Pepetto vive su fe con convicción y alegría, y anima a otros jóvenes a no rendirse y buscar su propia experiencia con Dios.“Cuando conoces de verdad a Dios, ya no quieres otra cosa en la vida. Todo lo demás se queda corto. Gloria a Dios.”