El Papa saluda en el Ángelus a los jóvenes de la PEJ: "Que vuestra vida sea camino de alegría y servicio"

Cientos de fieles se han congregado en la Plaza de San Pedro para escuchar al Santo Padre, que les ha invitado "no dormirse, o estar distraídos, no ceder a la pereza interior"

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El Papa Francisco ha querido saludar este domingo 7 de agosto durante el rezo del Ángelus a todos los particpantes de la Peregrinación Europea de Jóvenes que se ha celebrado del 3 al 7 de agosto en Santiago de Compostela.

"Con alegría bendigo a todos los jóvenes que han participado", ha dicho entre aplausos de los presentes. Además, ha agradecido la prganización de este evento y ha animado a todos a que "su vida sea camino con Jesucristo, hacia Dios y hacia los hermanos". Un camino, ha insistido el Papa "en el servicio y a la alegría".

Estar alerta

En su comentario al Evangelio de hoy, el Papa ha destacado que "Jesús habla a los discípulos para tranquilizarles de todo temor e invitarlos a estar alerta”.

Son dos las exhortaciones fundamentales que les dirige: “La primera es «no temas, pequeño rebaño»; la segunda «estén preparados». Se trata de dos “palabras-clave”, ha dicho Francisco, “para derrotar los miedos que a veces nos paralizan y para superar la tentación de una vida pasiva, adormecida”.


No temáis

En primer lugar, Jesús anima a los discípulos. “Acaba de terminar de hablarles del cuidado amoroso y providente del Padre, que se preocupa de los lirios del campo y de los pájaros del cielo y, por tanto, mucho más de sus hijos. Por eso no hay que afanarse y agitarse: nuestra historia está firmemente en las manos de Dios. Nos alienta esta invitación de Jesús a no temer”.

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No obstante, ha explicado, “a veces nos sentimos presos de un sentimiento de desconfianza y de angustia: Es el miedo a no lograrlo, a no ser reconocidos y amados, a no conseguir realizar nuestros proyectos, a no ser nunca felices…Y entonces nos afanamos buscando soluciones, para encontrar algún espacio en el que emerger, para acumular bienes y riquezas, para obtener seguridades; y terminamos viviendo en la ansiedad y en la preocupación constante”.

Jesús, sin embargo, nos tranquiliza: “¡No temáis! Fiaos del Padre, que desea daros todo lo que realmente necesitáis. Ya os ha donado a su Hijo, su Reino, y siempre os acompaña con su providencia, cuidando de cada uno de vosotros cada día. No temer: ¡esta es la certeza a la que atar el corazón! ¡Pero saber que el Señor nos cuida con amor no nos autoriza a dormir, a dejarnos llevar por la pereza! Al contrario, debemos estar despiertos, vigilantes. En efecto, amar significa estar atento a los demás, darse cuenta de sus necesidades, estar disponibles para escuchar y acoger, estar preparados”.

Es necesario estar despiertos

Jesús repite en más de una ocasión esta invitación, y hoy lo hace a través de tres breves parábolas, centradas en un patrón de casa que, en la primera, vuelve sin previo aviso de la boda, en la segunda no quiere dejarse sorprender por los ladrones, y en la tercera vuelve de un largo viaje.

“En todas, el mensaje es el mismo: es necesario estar despiertos, no dormirse, es decir no estar distraídos, no ceder a la pereza interior, porque, también en las situaciones en las que no lo esperamos, el Señor viene. Y al final de nuestra vida nos pedirá cuentas de los bienes que nos ha encomendado; por esto, vigilar significa también ser responsables, es decir custodiar y administrar esos bienes con fidelidad. Hemos recibido tanto: la vida, la fe, la familia, las relaciones, el trabajo, pero también los lugares en los que vivimos, nuestra ciudad, la creación”.


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