El mensaje del cajero automático que puede dejarte noqueado cuando intentas sacar dinero en efectivo
Acudir al cajero para sacar dinero es uno de los gestos cotidianos más repetidos de nuestro día a día. A veces la máquina está averiada o el sistema se apropia de la tarjeta, pero no es lo único que te puede ocurrir

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La historia, el arte sacro y la espiritualidad se entremezclan en el Vaticano, aunque también hay lugar para observar elementos que podemos encontrarnos en el día a día en cualquier barrio. En este caso hablamos de su cajero automático, ubicado a escasos metros de la Basílica de San Pedro.
Más que un dispositivo que dispensa dinero en efectivo, este cajero es una pieza única, tanto por su localización como por sus características. El cajero lleva décadas funcionando con una peculiaridad que lo ha hecho famoso incluso fuera de los círculos financieros: es el único cajero automático del mundo que ofrece indicaciones en latín.

Una innovación discreta con sabor clásico
El cajero fue instalado en los años noventa por el Instituto para las Obras de Religión, más conocido como el Banco del Vaticano. A diferencia de los modernos dispositivos que imperan en las ciudades, este cajero no fue pensado para el uso del turista ni romanos, sino para residentes vaticanos, miembros del clero, trabajadores y algunas personas acreditadas vinculadas a la Curia Romana.
La idea de introducir indicaciones en latín fue, en parte, un gesto simbólico y en parte una reafirmación de la identidad cultural del Vaticano. Y es que el latín, lengua oficial de la Santa Sede, está presente en documentos oficiales, inscripciones, por lo que tenía sentido incorporarla también en el cajero automático.
Al iniciar sesión, el usuario puede elegir el idioma, y uno de ellos es 'Lingua Latina'. Quien lo seleccione, podrá leer frases como 'Inserito scidulam quaeso ut faciundam cognoscas rationem' ('Inserte su tarjeta para iniciar la operación') u 'Optio argentaria' ("opción bancaria").

¿Los papas lo usan?
Una de las preguntas más frecuentes una vez se conoce la existencia de este cajero, es si los papas han hecho uso alguna vez de ello. Lo cierto es que no hay constancia pública de que ningunos de los cuatro papas que han convivido con el cajero, Juan Pablo II, Benedicto XVI, Francisco y León XIV desde hace un mes y medio, hayan hecho uso directo del cajero automático.
Y es que los papas no necesitan llevar efectivo en su día a día, y sus necesidades personales son gestionadas por el personal de la Casa Pontificia. Sin embargo, es sabido que algunos cardenales residentes sí hacen uso habitual de esta máquina, así como los empleados del Estado Vaticano, ya que allí reciben sus salarios si tienen cuenta en el Banco Vaticano.
Ventajas, limitaciones y comisiones
El cajero del Vaticano no cobra comisiones por operación a quienes tienen cuenta en el Banco del Vaticano, lo que lo convierte en un servicio exclusivo y gratuito para sus usuarios autorizados. Sin embargo, no es posible utilizarlo con tarjetas de entidades bancarias externas, por lo que un turista que lo descubra no podría utilizarlo.

Además, este cajero no ofrece algunos servicios comunes en otros terminales, como recarga de teléfonos móviles o compra de entradas. Su funcionalidad está centrada en operaciones bancarias básicas.
Situado dentro del edificio de servicios del banco vaticano, a pocos pasos de la residencia de Santa Marta, no es visible para el público general ni está accesible desde la calle. El acceso está estrictamente controlado por la Gendarmería vaticana.