León XIV llama a los religiosos a “continuar con generosidad” sus misiones respondiendo a las necesidades del mundo
El Papa se ha reunido este jueves en el Vaticano con los participantes en los Capítulos Generales de los Misioneros de la Preciosísima Sangre, los Maristas, de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada y de las Ursulinas

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Responder las necesidades del mundo, la obediencia como sacrificio y vivir la vocación religiosa, son las sugerencias que ha hecho el Papa León XIV a los participantes en los Capítulos Generales de los Misioneros de la Preciosísima Sangre, de la Sociedad de María (Maristas), de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada y de las Ursulinas con los que se ha reunido este jueves en el Vaticano.
En su mensaje, el Pontífice ha invitado a los religiosos a “continuar con fe y generosidad” sus misiones, respondiendo a las necesidades del mundo, siguiendo los pasos de quienes fundaron estas familias religiosas.
“Sus fundadores y fundadoras fueron personas capaces de observar, evaluar, amar y luego partir, incluso a riesgo de sufrir grandes penas, incluso a costa de perder lo propio, para servir a los hermanos en sus necesidades reales, reconociendo en la indigencia del prójimo la voz de Dios”, ha proclamado.
LEón XIV rinde homenaje a los padres de las congregaciones representadas en el encuentro
León XIV llama a los religiosos a trabajar “en la memoria viva” de los inicios de las distintas congregaciones, aunque precisa que este ejercicio de memoria no conlleva “hacer arqueología o cultivar nostalgias inútiles”, sino identificar “potencialidades quizás aún inexploradas, para ponerlas al servicio del “aquí y ahora”.
De hecho, el Pontífice recuerda a los diversos fundadores de estas realidades y la “herencia polifacética” que dejaron, como el caso de la beata Brigida di Jesús Morello, que fundó la Congregación de las Hermanas Ursulinas de María Inmaculada y, en el siglo XVII, a través de la formación de los jóvenes, “inauguró una obra de promoción de la mujer que daría muchos frutos en el futuro”.
También ha hecho referencia a San Gaspar del Bufalo, fundador de los Misioneros de la Preciosísima Sangre, que dos siglos después, en Roma, “se comprometió a combatir el espíritu rampante de "impiedad e irreligión" que afligía a su época”.
Tampoco se ha olvidado el Santo Padre de Jean-Claude Colin, que partió del “espíritu de humildad y ocultamiento de María de Nazaret” para fundar la Sociedad de María. Por último, León XIV menciona también a San Francisco y a San Maximiliano Kolbe, que inspiraron el nacimiento de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada.
“La obediencia, en su significado más profundo de escucha activa y generosa del otro"
El Pontífice subraya además la importancia de la obediencia como “valor fundamental” para la vida de los religiosos, pero también para el mundo actual, en el que a menudo impera la autorreferencialidad. “Hoy en día, hablar de obediencia no está muy de moda: se considera una renuncia a la propia libertad. Pero no es así”.
Para el Papa, la obediencia es “una escuela de libertad en el amor”, de la que Jesús fue el primer ejemplo a través de “su relación con el Padre”. León XIV menciona a este respecto a San Agustín, que insistía en la “estrecha relación que existe, en la vida cristiana, entre la obediencia y el amor verdadero”.
“La obediencia, en su significado más profundo de escucha activa y generosa del otro, es un gran acto de amor con el que se acepta morir a uno mismo para que el hermano y la hermana puedan crecer y vivir. Profesada y vivida con fe, traza un camino luminoso de entrega, que puede ayudar mucho al mundo en el que vivimos a redescubrir el valor del sacrificio, la capacidad de relaciones duraderas y una madurez en el estar juntos que va más allá del "sentir" del momento para consolidarse en la fidelidad”.