León XIV, a las fuerzas del orden de Italia: "Frente a las injusticias, no cedáis a la tentación de pensar que el mal puede triunfar"
El Pontífice ha instado a las fuerzas del orden responder a los crímenes “con la fuerza de la ley y la honestidad”, en la misa que ha celebrado este martes en el cuartel de los Carabineros de Castel Gandolfo

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El Papa León XIV ha instado a las fuerzas del orden responder a los crímenes “con la fuerza de la ley y la honestidad”, en la misa que ha celebrado este martes, 15 de julio, en el cuartel de los Carabineros de Castel Gandolfo.
"Frente a las injusticias que hieren el orden social, no cedáis a la tentación de pensar que el mal puede triunfar", les pidió el Pontífice americano a la policía durante la Eucaristía privada que no había sido anunciada por la Santa Sede.
Durante la homilía, Robert Prevost ha subrayado que “en estos tiempos de guerras y violencia” es necesario que las fuerzas del orden se mantengan fieles a su juramento: “Como servidores del Estado, responded al crimen con la fuerza de la ley y de la honestidad. Así es como el Arma de Carabineros, la Benemérita, merecerá siempre la estima del pueblo italiano", ha sostenido.
"Expreso mi profunda gratitud por el noble y exigente servicio que el Arma presta a Italia"
León XIV ha recordado además "la devoción a la Virgen fiel reflejo del lema de los Carabineros, 'Fieles a lo largo de los siglos', expresando el sentido del deber y la abnegación de cada miembro del Arma, incluso hasta el sacrificio de sí mismos".
"Expreso por tanto mi profunda gratitud por el noble y exigente servicio que el Arma presta a Italia y a sus ciudadanos, así como a favor de la Santa Sede y de los fieles que visitan Roma: pienso especialmente en los muchos peregrinos de este año jubilar", ha expresado.
El ministro italiano de Defensa, Guido Crosetto, ha asistido sentado en los bancos de la primera fila a la misa en el cuartel de los carabineros de la localidad de Castel Gandolfo, al sur de Roma, donde el obispo de Roma ha decidido pasar unos días de vacaciones y reposo hasta el 20 de julio, retomando una tradición interrumpida durante los casi trece años de Francisco.