Una delegación de obispos europeos viajan a Ucrania para ofrecer ayuda, acompañamiento y consuelo a las víctimas de la guerra
El secretario general de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), Manuel Barrios, ha relatado el escenario que se han encontrado en el país tres años y medio después de la invasión rusa

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“Hemos deseado ir a Ucrania porque queríamos tocar con las manos la realidad de la guerra”. Con estos términos ha resumido el secretario general de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), Manuel Barrios, la visita realizada por el organismo al país cuando está a punto de cumplirse tres años y medio de la invasión de Rusia.
Durante dos días, la delegación europea ha llevado consuelo y solidaridad al pueblo ucraniano en plena guerra, y por supuesto para seguir proclamando la paz y el final de las armas.
“Queríamos encontrarnos con las autoridades religiosas y civiles, pero también con el pueblo, con el sufrimiento, con lo que es la realidad de la guerra”, explica el español. “Ha sido para nosotros una experiencia muy fuerte. Queremos ser testigos de lo que hemos vivido”.
Uno de los momentos más impactantes fue la celebración del funeral de un joven soldado. “Fue un regalo para nosotros”, confiesa el secretario general de COMECE. “Ahí percibimos toda la solidaridad del pueblo, la tristeza de la madre, lo que significa la guerra”.
Aquel funeral no fue solo una ceremonia religiosa, sino una representación simbólica del dolor y la dignidad de todo un país. “Una persona nos dijo: ‘Gracias por no dejarnos solos’. Otra, una americana que asistió al funeral, le dijo a un soldado: ‘Gracias por luchar por nuestra libertad’. Esas palabras nos marcaron profundamente”, ha continuado detallando Manuel Barrios.
La iglesia no abandona: "La sanación y la reconciliación nos competen a todos”
Pese a la destrucción y el miedo, la Iglesia no ha cesado su labor. “Vimos muchos centros de ayuda, intentos por estar cerca de las madres solteras, de los veteranos, de las víctimas. Se ofrece ayuda psicológica, acompañamiento espiritual, consuelo”, explica.
Barrios Prieto advierte que el gran desafío será la reconstrucción de la sociedad ucraniana. “No solo hablamos de estructuras o edificios, sino del tejido humano. Los soldados que vuelven del frente regresan profundamente cambiados. Reintegrarse en sus familias, en la sociedad, con sus esposas… es muy difícil”.
Por eso, subraya, será una tarea compartida: “No solo de los ucranianos, sino también de quienes estamos en la Unión Europea. La sanación y la reconciliación nos competen a todos”.






