Los milagros eucarísticos que la ciencia no puede explicar y que siguen sorprendiendo al mundo: Lanciano, Legnica y Santa Pudenziana
A través de estas formas inexplicables para la ciencia, tenemos la oportunidad de observar signos extraordinarios que reafirman la fe en la presencia real de Cristo en el Pan y el Vino

Los Milagros Eucarísticos
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La Eucaristía es el centro de la vida cristiana y en diferentes momentos de la historia, hemos tenido oportunidad de ver signos extraordinarios que reafirman la fe en la presencia real de Cristo en el Pan y el Vino consagrados. Entre todos ellos, destacan tres milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia y que siguen conmoviendo a fieles de todo el mundo.
El milagro de Lanciano: carne y sangre visibles desde el siglo VIII
En la ciudad italiana de Lanciano, en el siglo VIII, un monje que dudaba de la presencia real de Cristo en la Eucaristía celebraba misa cuando, al pronunciar las palabras de la consagración, la hostia se transformó en carne y el vino en sangre ante sus ojos.
Los análisis científicos realizados en 1970 y 1981 por el doctor Odoardo Linoli, profesor de anatomía y patología, confirmaron que la carne era un tejido miocárdico humano y la sangre era de tipo AB, el mismo que se ha identificado en la Sábana Santa de Turín. Los tejidos se mantienen incorruptos desde hace más de ochocientos años.

Imagen del milagro eucarístico de Lanciano
Legnica, Polonia: un milagro del siglo XXI
Uno de los milagros eucarísticos más recientes tuvo lugar en Legnica, Polonia, en 2013. Durante la celebración de la comunión y en el momento de su distribución, una forma consagrada cayó al suelo. La colocaron en agua para que se disolviera, como establece el protocolo litúrgico. Sin embargo, comenzó a tomar un color rojizo. Sin embargo, al pasar los días, los encargados notaron una transformación diferente.
El obispo de la diócesis ordenó una investigación científica. El Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Breslavia determinó que el fragmento de forma presentaba tejido del músculo cardíaco humano, con signos de sufrimiento, como el que se observa en casos de agonía. El Vaticano autorizó el culto público del milagro en 2016.

El milagro eucarístico y polaco de Legnica
Santa Pudenziana, Roma: la huella que permanece
En el corazón de la ciudad eterna, en la Basílica de Santa Pudenziana, se conserva una reliquia singular que muestra un milagro que ocurrió en el siglo VI. Según la tradición, un sacerdote, al dudar, de nuevo, de la presencia real de Cristo, experimentó cómo la forma consagrada dejó impresa una huella en el mármol del altar durante la misa. Esta muestra quedó para siempre en la escalera y permanece hoy como un testimonio silencioso del misterio que se produce en cada Eucaristía.

La reliquia del milagro de Santa Pudenziana se conserva en el monasterio de Andechs
un milagro diferente en Moraleja de Enmedio, 1936
Además, nuestro país también ha sido testigo de la presencia de diferentes milagros con las formas consagradas. Durante el inicio de la Guerra Civil, el párroco Clemente Díaz Arévalo, trasladó varias formas consagradas en copones de casa en casa entre mujeres devotas. A pesar de la humedad, el óxido y el paso de 88 años, 16 formas permanecen intactas.
En 2013, el obispo de Getafe, permitió su exposición oficial: tras probar uno de estos fragmentos, confirmó que conservaban “el sabor y las propiedades de una forma reciente”. Hoy son objeto de peregrinaciones, con una procesión que recorre los lugares de su custodia, y despiertan una gran devoción entre toda la feligresía, testigo de que en cada Eucaristía, se produce un milagro en el que el pan y el vino son realmente el cuerpo y la sangre de Cristo.