Robada por la República, amuleto de Franco y vuelta a Ronda: el brazo incorrupto de Santa Teresa

Desde la muerte de la santa abulense, su brazo incorrupto estuvo custodiado en Portugal 5 siglos, para regresar a la convulsa España del siglo XX: ahora podría cambiar de destino

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48 años después de que la mano incorrupta de Santa Teresa de Jesús regresara al convento de las Carmelitas Descalzas de la localidad malagueza de Ronda tras cuatro décadas en manos de Franco, la reliquia podría volver a cambiar de emplazamiento, a un templo de esta comunidad de Castilla León.

El motivo es que el convento malagueño, que este 2024 está conmemorando sus cien años de fundación, podría echar el cierre por orden del Vaticano, ya que se encuentra en situación irregular según la Constitución Apostólica sobre Vida Contemplativa que aprobó el Papa Francisco en 2016, que establece que en las congregaciones de clausura debe haber al menos seis monjas. Actualmente el convento de Ronda tiene cuatro.

Para los vecinos sería un verdadero contratiempo, ya que perdería su principal atractivo turístico, ya que son miles de visitantes los que se acercan cada año al convento para contemplar la reliquia de la santa abulense. Una vez conocida la noticia que tiene en vilo a Ronda, es buen momento para recordar la historia del relicario de Santa Teresa, y por qué llegó a Ronda.

La historia de la reliquia de Santa Teresa de Jesús

Exhumación de los restos de Santa Teresa y traslado de su mano a Portugal

Teresa de Jesús muere en 1582 en Alba de Tormes. Diez meses después de su fallecimiento, sus restos fueron exhumados. Su cuerpo apareció incorrupto y flexible, por lo que el Padre Jerónimo Gracián, el primer provincial de la Orden Carmelita y director espiritual de la santa, le cortó la mano izquierda y se la entregó primero a las consagradas de San José de Ávila y después y, más tarde, a las carmelitas del convento de San Alberto de Lisboa.

“En aquel entonces quien tenía fama de santo se le cortaba algo de su cuerpo. Hoy en día existe esa cultura pero no el cuerpo, sino un hábito o zapato, algo que haya tocado su cuerpo”, ha puntualizado en ECCLESIA Sor Jennifer, priora del convento de Ronda.

En Portugal se fundó la primera comunidad carmelita tras la muerte de la santa y la llegada del brazo incorrupto. Allí permanecería durante cinco siglos la reliquia, en el convento San Alberto de Lisboa, hasta que en 1910 las religiosas de esta orden serían expulsadas del país durante la revolución portuguesa.

1910: las carmelitas huyen de Portugal a España con el brazo incorrupto de la santa

La comunidad se ve obligada a huir con la mano incorrupta bajo el brazo. Una vez pisan territorio español llegan hasta Badajoz, conocedoras de que hay instalada una comunidad carmelita.

“Un sacerdote recibe a las madres para informarles que hay una comunidad de carmelitas portuguesas en la plaza rodeada por una turba de niños. Entonces las traen y las portuguesas les dicen que traen 'la mano de nuestra Santa Madre', por lo que permanecieron en un primer momento juntas” , ha explicado Sor Jennifer.

¿Por qué llegó el brazo incorrupto de la santa a Ronda?

Pero pronto los superiores decidieron repartir a estas consagradas del país vecino por diferentes conventos carmelitas de España, hasta que en 1924 la Hermana María de Cristo pasaba por la una iglesia abandonada (donde actualmente es la iglesia de la Merced, el convento carmelita de Ronda que podría cerrarse). La religiosa se puso en contacto con sus superiores para reformar el templo y fundar una comunidad carmelita, y le propusieron la posibilidad de reunir a las hermanas portuguesas dispersas.

“Se hicieron los trámites y el 12 de octubre de 1924 reunieron a estas monjas portuguesas en Ronda, y el 15 se funda la comunidad. La priora de las monjas portuguesas pedían que con ellas tenía que venir la mano incorrupta de la santa, o de lo contrario se irían de Ronda, porque si la comunidad existe es por la mano, sin la cual no hay presencia”, ha continuado exponiendo Sor Jennifer, actual priora del convento.

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El motivo por el que la mano de Santa Teresa llegó a Ronda tras cinco siglos en Portugal

Guerra Civil Española: los milicianos roban la reliquia

En 1936 estalla la Guerra Civil Española, y las monjas son expulsadas del convento de Ronda por los milicianos, desplazándose a la Hermandad de los Pobres. Al abandonar la iglesia, un miliciano republicano pretendía arrebatarle a la Hermana Ana de Jesús el brazo incorrupto, pero la consagrada desafió al soldado: “Le dijo que no soltaba la mano aunque la mataran”.

Pero los milicianos, conocedores de que se trataba de un reliquia de valor, siguieron tratando de hacerse con el brazo, guardado a buen recaudo por Ana de Jesús, hasta que fueron amenazadas de muerte si se resistían a entregarllo: “La Madre María de Cristo subió para que Ana de Jesús le entregara el brazo, y así lo hizo. Cuando se la dieron a los milicianos, María de Cristo no paraba de llorar porque pensaba que habia cometido un sacrilegio”.

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Los republicanos amenazan de muerte a las carmelitas de Ronda si no entregan la mano de Santa Teresa

El bando nacional recupera el brazo incorrupto para otorgársela a Franco

En noviembre de aquel año el bando nacional toma Ronda. Las carmelitas del convento explican a los soldados que querían recuperar el brazo incorrupto de Santa Teresa, ya que para ellas era de un gran valor.

Una vez que localizaron almacenados enseres que habían robado los milicanos durante la contienda, aparece la reliquia. En un primer momento tenían intención de devolverla al convento, pero el sargento argumentó que al tratarse de un botín de guerra, tenía que ir a parar a Burgos, donde se hallaba Franco, para que decidiera lo que hacer: “Cuando Franco coge la mano de la santa, en la muñeca de la mano tiene la firma de Teresa de Jesús, y Franco llamó a un carmelita para pedirle explicaciones”.

Al ser consciente del valor espiritual del brazo de la santa abulense, se puso en contacto con el obispo de Málaga para pedirle que le dejase la reliquia durante la guerra: “Pillaba el mes de marzo, que era el mes en el que nació la Santa Madre, y Franco lo concibió como un amparo. Luego, acabada la Guerra Civil, el obispo le concede el brazo mientras fuese jefe del Estado”, ha relatado Sor Jennifer.

Franco se negó a devolver la reliquia a las carmelitas de Ronda

Pese a la autorización del obispo de Málaga, las monjas carmelitas de Ronda contactaban por carta con Franco para pedirles que le devolvieran el brazo incorrupto de Santa Teresa, bajo el pretexto de que la echaban en falta, pero Franco tenía otros planes: “Decía que le daba apuro que le pasara algo, y se la quedó como amuleto”.

El brazo incorrupto de Santa Teresa regresa a Ronda cuarenta años después, hasta hoy

Tras la muerte del general, su esposa Doña Carmen Polo de Franco la entregó de manera inmediata al arzobispo de Toledo, que pidió a la comunidad carmelita de Ronda disponer del brazo dos semanas para que la diócesis pudiera disfrutarla: “El 21 de enero de 1976 el obispo de Málaga envió una comitiva a Toledo para recuperar la mano”.

Una vez que la reliquia regresó casi cuarenta años después a Ronda, el obispo de Málaga accedió al convento para entregársela personalmente a María de Cristo, “la misma que cuarenta años antes se lo había entregado al miliciano. Había redimido todo. Al año muere María de Cristo pero lo hizo en paz porque el brazo llegó a su casa”, ha concluido Sor Jennifer.

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