Jesús Corbí, párroco de Torrent, un año después de la dana: "Las instituciones tienen que estar al lado de quienes lo han perdido todo, no es momento de discutir"
El vicario de la zona cero de la dana considera que las dos enseñanzas que se pueden extraer de la catástrofe natural es la vulnerabilidad humana y su capacidad de entrega en momentos de dificultad

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Jesús Corbí es párroco de Torrent y vicario de la zona cero de la dana que el 29 de octubre de 2024 arrasó con buena parte de la provincia de Valencia, dejando 229 muertos e innumerables destrozos. La reconstrucción espiritual y material está siendo lenta, por lo que la labor de acompañamiento de la Iglesia ha sido un importante sostén para las víctimas que perdieron a sus seres queridos, sus casas o sus negocios.
En 'Ecclesia es Domingo', el párroco asegura que este primer aniversario se vive con tristeza y gran carga emocional. La parroquia de Jesús Corbí no resultó afectada, pero vivía con angustia el parte telefónico que le daban los sacerdotes que veían cómo sus parroquias se inundaban de agua.
“El agua iba subiendo e inundando templos, calles, casas, y recuerdo aquella noche hablar con algún sacerdote que decía que el agua llegaba a la altura del primer piso, otros que tenían gente en alguna zona alta de las parroquias y no podían bajar. Fue una noche de mucha confusión, no podíamos comunicarnos con fluidez, de algún sacerdote no tuvimos noticias pasadas las 48 horas de aquella noche”.
Desde el primer momento, las parroquias y las cáritas diocesanas se volcaron en la reconstrucción humana y material: “Convertimos las parroquias en centros de distribución de productos básicos de comida, mantas, ropa, productos de higiene... Pero después poco a poco tuvieron más papel de reconstrucción espiritual, de dar ánimos, acompañar y por supuesto seguir la tarea de ayuda material a las familias que lo necesitan”, ha explicado el párroco de Torrent.
Fragilidad humana y fraternidad: las dos enseñanzas que deja la catástrofe
La pregunta de dónde estaba Dios en esos momentos ha sido muy recurrente a lo largo de este año. Para Corbí no existe una respuesta que satisfaga esta curiosidad, pero tiene claro que “Dios no quiso aquella desgracia ni la mandó, sino que en aquella desgracia estuvo Dios presente acogiendo, ayudando y sufriendo”.
Para el vicario de la zona cero de la catástrofe natural, aquella situación dejó varias enseñanzas. La primera es lo vulnerable que es el ser humano: “Creemos que podemos controlarlo todo y en una noche se nos escapa de las manos la vida. No podemos estar tan seguros de nuestra fuerza, capacidad y poder porque somos limitados, somos pequeños y ante situación como está nos damos cuenta de los frágiles que somos”.
La segunda lección que extrae Jesús Corbí es que esa vulnerabilidad humana se transforma en fraternidad ante una tragedia de esta magnitud: “Somos fuertes en caridad, en acogida, en acompañamiento. Después de un año podemos sacar la enseñanza de que en medio de la debilidad humana emerge la fraternidad y la caridad como elemento que nos da fuerza”, ha subrayado.
El regalo especial que recibió el papa francisco de una de las parroquias más afectadas de la dana
Uno de los momentos más emotivos que recuerda el párroco fue cuando regalaron al Papa Francisco un ángel de cuarenta centímetros procedente de la parroquia de Nuestra Señora de Montserrat de Picanya, una de las más afectadas por la dana.
Para Corbí, era una manera de corresponder al Papa “toda la preocupación que había manifestado pidiendo en dos audiencias públicas oraciones por Valencia”, ha recordado.
El mensaje de jesús corbí a las administraciones: "no es momento de ponerse a discutir"
Preguntado por dónde debe pasar la reconstrucción material y espiritual desde ahora, Corbí considera que muchas heridas aún no se han cerrado, y reprocha la actitud de la clase política en todo este proceso.
“Un riesgo que corremos es que quieran hacernos prestar atención a lo que ocurrió y lo que no ocurrió para distraer nuestra atención de que está ocurriendo realmente. Hay que prestar ayuda ahora, las instituciones públicas tienen que estar al lado de los ciudadanos que lo han perdido todo y no es momento de ponerse a discutir, sino de sacar medidas urgentes para recuperar su vida, su trabajo”, ha expresado.





