Los Premios ¡Bravo! reconocen a voluntarios y parroquias que "brillaron en medio del lodo" durante la DANA de Valencia: "Queda mucho por hacer"

El recuerdo a los afectados por la DANA de Valencia el pasado 29 de octubre ha sido uno de los momentos más emotivos de los Premios ¡Bravo! 2024 que ha concedido la Conferencia Episcopal este lunes, 2 de junio.

Las parroquias y miles de voluntarios ante la catástrofe han sido galardonados con el 'Premio ¡Bravo! Especial' por su comunicación de caridad  en medio de la catástrofe.  El vicario episcopal de la zona afectada por la DANA de la archidiócesis de Valencia, Jesús Corbí, ha tomado la palabra en nombre de todos los premiados, resaltando que se trata de un reconocimiento que “pertenece a muchos, a parroquias y voluntarios que padecieron y respondieron con generosidad a la catástrofe” que, como ha recalcado, aún se viven sus consecuencias en más de setenta localidades.

Corbí ha puesto el foco en aquella noche del 29 de octubre, cuando el agua arrasó casas, puentes, caminos y, lo que es peor, costó más de 200 vidas humanas. “La luna estaba en plenitud de su fase menguante en un cielo cubierto de nubes, ni una estrella, ni una farola, ni una esperanza visible”, ha relatado el vicario episcopal.

 “La fe es la luz que ilumina en las tinieblas, y esa fe activa se manifestó en los días  sucesivos"

En este contexto de desesperación, ha continuado esgrimiendo Jesús Corbí, ocurrió algo “profundamente evangélico”, resaltando la “luz de la fe” de cientos de personas que vieron en medio de la noche “la mano de Dios para que les socorriera y ayudara” mientras el torrente es llegaba, literalmente, hasta el cuello.

“La fe es la luz que ilumina en las tinieblas, y esa fe activa se manifestó en los días, semanas y meses sucesivos en la caridad concreta de nuestras comunidades cristianas y en tantos voluntarios que fueron con la mano tendida de Dios para aquel pueblo”, ha subrayado Corbí en su intervención. A ellos se sumaron las parroquias “rebosantes de compasión” que también lo perdieron todo, pero “ofrecieron su tiempo y fuerza a otros”.

“Se compartió lo poco, se sostuvo al que no podía más, se abrieron la parroquias como signo de acogida. En medio del lodo brilló el Evangelio, que es palabra encarnada, signo, gesto y comunión”, ha apostillado.

En este punto, el vicario episcopal de la zona afectada por la DANA hacía alusión a León XIII, cuando exponía hace 130 años que la caridad “es el fundamento más firme de la sociedad humana y la más segura garantía de paz”, remarcando que cuando la Iglesia vive esa caridad “muestra al mundo que otro modo de vivir es posible”.

Jesús Corbí recuerda a las administraciones que queda mucho por hacer en las zonas afectadas 

Una caridad que, para que llegue a todos y no queden ocultas “la comunicación es imprescindible”, ha expresado Jesús Corbí, máxime en un contexto social donde “las palabras circulan a toda velocidad pero muchas veces falta la profundidad, la verdad y la esperanza”. De ahí que para el vicario sea más necesario que nunca “una comunicación que humanice, que evangelice”.

Corbí espera que esta distinción otorgada por la Conferencia Episcopal sirva a los voluntarios de recuerdo, testimonio y “faro luminoso para la Iglesia en Valencia”, y para las administraciones públicas “un altavoz, un despertador y un recordatorio de que queda mucho por hacer en tantas localidades que no pueden recobrar la normalidad en sus calles y en la vida de los ciudadanos”.

Finalmente, Jesús Corbí ha felicitado al resto de premiados y les anima a seguir comunicando “con hondura, creatividad y verdad”.