La HOAC alza la voz contra la precariedad laboral: "Donde hay sufrimiento obrero, ahí debe estar la Iglesia"
Maru Megina, presidenta de la Hermandad Obrera de Acción Católica, visibiliza en TRECE la realidad del mundo obrero empobrecido y llama a una acción cristiana transformadora

Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC)
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En un contexto en el que el desempleo en España se sitúa en un 10,29% con 2,4 millones de personas paradas, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) advierte que los datos no reflejan el verdadero rostro del mercado laboral. La presidenta del movimiento, Maru Megina, ha expuesto en el programa Ecclesia en TRECE que, a pesar de los descensos en las cifras oficiales, la precariedad se mantiene como una constante que condiciona la vida de millones de trabajadores y trabajadoras.
La HOAC lleva décadas acompañando a los sectores más empobrecidos del mundo laboral, allí donde la dignidad se ve más amenazada: contratos parciales, trabajos por horas, explotación en el campo, salarios bajos, dificultades para conciliar, y un sistema que “deshumaniza y mata”, como denunció Megina, citando al Papa Francisco. Lejos de ser casos aislados, estas situaciones configuran una estructura social que excluye, fragmenta y silencia.
Desde su espiritualidad obrera y compromiso cristiano, la HOAC insiste en la necesidad de estar presentes allí donde más se sufre. “La buena noticia del Evangelio debe llegar también al mundo del trabajo, especialmente donde más duele”, recordó Megina durante la entrevista. Por eso, sus miembros siguen impulsando cursos, encuentros y espacios de reflexión para construir alternativas desde la fe y la justicia social.

La vivienda no para de subir y cada vez hay menos compradores.
La precariedad que rompe vidas
La presidenta de la HOAC fue clara: la precariedad laboral no es solo una cuestión económica, sino vital. "La precariedad decide el tipo de vida que una persona puede tener", afirmó. Las condiciones laborales actuales, especialmente entre jóvenes, obligan a muchas personas a vivir "con la mochila a cuestas", saltando de empleo en empleo, sin estabilidad ni posibilidad de planificar un proyecto de vida.
No puedo pensar en formar una familia, ni siquiera en ahorrar o estudiar algo nuevo. Cada mes es una incertidumbre"
La HOAC recuerda que, para los cristianos, esta situación no puede ser indiferente. "Vivir para trabajar no es humano, ni cristiano", añadió Megina. Recuperar la centralidad de la persona y del trabajo digno es, para la organización, una prioridad evangélica.
Temporeros y migrantes: los más vulnerados
Uno de los sectores donde la vulnerabilidad se hace más visible es el del trabajo en el campo. Migrantes temporeros, contratados durante campañas agrícolas, enfrentan condiciones de trabajo y vivienda indignas. Megina denunció que muchos de ellos no están dados de alta en la seguridad social, trabajan jornadas extenuantes y viven en alojamientos donde "ni siquiera vivirían quienes los contratan".
La HOAC apuesta por una mirada desde la interculturalidad y los derechos, promoviendo una integración real y luchando contra la explotación. "No son vulnerables por naturaleza; son personas vulneradas por un sistema que quiere mano de obra barata", sentenció Megina.
Una Iglesia que acompaña y denuncia
El mensaje de la HOAC encuentra su raíz en la Doctrina Social de la Iglesia. Maru Megina lo recordó citando a un párroco de Valdepeñas, que recientemente se hizo viral por su contundente denuncia: "Dios no olvida el jornal escatimado al pobre". Para la presidenta, este tipo de declaraciones son reflejo del Evangelio vivido desde la acción transformadora.
Durante los tradicionales cursos de verano de la HOAC, celebrados este año en Madrid, se abordaron las nuevas formas de vulneración laboral, como el trabajo digitalizado y el paradigma tecnocrático, que convierten al trabajador en esclavo de la conectividad.