Elena perdió a su bebé con Síndrome de Down y su testimonio ha cambiado la vida de cientos de familias: "Le dedica todos sus goles"
El matrimonio de Elena y Rafa tiene tiene cuatro hijos: Rafaelillo, Curro, Eugenia y Pepe, este último en el Cielo, tras no superar los problemas que sufría durante el embarazo. En 'Ecclesia' han compartido su historia de fe

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El matrimonio de Elena y Rafa tiene tiene cuatro hijos: Rafaelillo, Curro, Eugenia y Pepe, este último en el Cielo, tras no superar los problemas que sufría durante el embarazo. Fue diagnosticado con Síndrome de Down y, aunque no logró sobrevivir, ha dejado una huella imborrable en sus padres, hermanos y miles de personas que han rezado por él estas semanas.
Rafa y Elena han explicado en 'Ecclesia' que todo se remonta al pasado 31 de diciembre, cuando a través de un predictor de farmacia se confirmó que ella volvía a estar embarazada por cuarta vez. La felicidad invadió la casa.
“Los niños estaban encantados. El mayor, Rafaelillo, hizo una bendición en la mesa el día 31 y se lo pudo contar a toda la familia. Mucha ilusión”, recuerdan.
Pero todo se complica en la ecografía de la semana doce. Elena ya intuía que algo no iba bien. Sus sospechas se confirmaron cuando la prueba revelaba que Pepe carecía de hueso nasal, el intestino hiperecogénico y el ductus venoso del cordón alterado.
Pese al contratiempo, las primeras palabras que salieron de Rafa fue “Doctor, estamos en manos de Dios”. Elena por su parte solo rezaba por que los problemas de Pepe “fueran compatibles con la vida”.
“No me daba miedo cómo viniese, sí mucho respeto porque he visto a madres y familias muy bendecidas por estos niños que llegan con dificultad, pero transforman esas familias”, ha explicado Elena, que es psicóloga de profesión y experta en atención temprana.
La historia de Pepe deja huella en familias que siguen adelante con sus embarazos
Tras recibir el diagnóstico, el matrimonio lo comparte con sus tres hijos con naturalidad. No tardaron en sumarse a las oraciones de sus padres por Pepe. Además, compartieron la situación con otras familias, amigos sacerdotes o los grupos de Emaús.
“Recuerdo el primer batacazo de estar en el sofá esa tarde y llorar, pero al empezar a compartirlo y recibir mensajes de apoyo de todo el mundo, de México, Venezuela, Uruguay, Argentina... a la mañana siguiente lo aceptamos”.
Para Rafa y Elena, los meses de embarazo han sido en los que el matrimonio ha estado más unido: “Son los siete meses en los que más hemos hablado, más nos hemos escuchado y acompañado”, asegura Elena.
Elena tampoco dudó en compartir su historia con los usuarios de Instagram. De hecho, su testimonio ha dado frutos muy importantes en un contexto social donde el 85% de los bebés con algún tipo de problema son abortados. “Hace unas semanas me escribió una mamá que esperaba a un niño con Síndrome de Down y gracias a conocer nuestra historia lo vivía con paz y había decidido seguir adelante con el embarazo. Es una maravilla que nuestro hijo haya tenido tanto fruto”, ha resaltado emocionada.
Elena toma la decisión de bautizar a pepe tras conocer que su corazón dejó de latir
En la semana 26 las complicaciones del embarazo se agudizan. El 1 de julio Elena ingresa en el Hospital de La Paz, donde permanece trece días. Elena no olvida la atención cercana y humana que recibieron de matronas, ginecólogas y enfermeras. “Lo más duro fue estar separada de los niños”.
El domingo 13 de julio, cuando la enfermera realiza el control de monitores rutinario, no encontraron el latido de Pepe. Pese a que nacería sin vida, Elena se puso en contacto con los capellanes del hospital para bautizarle. “Me consolaba que fuera parte de nuestra familia. Recuerdo tener una gran lucidez pese al desgarro y saber que tenía a un hijo muerto dentro”.
Elena pidió a su tío lo que necesitaba para el bautizo: “Pedí que me trajera el faldón del bautizo de mis hijos, una capota que les hizo mi hermana con amor y el cepillo, porque nuestros hijos salen superpelones”, precisa con una sonrisa.
Así se tomaron los hijos la marcha de pepe: "Le dedicaría todos los goles"
Durante las doce horas de dilatación, las matronas estaban muy pendientes de Elena. Pese a que Pepe nacería sin vida, Elena lo recuerda como “un parto precioso, de mucha paz”. Al tenerle en sus brazos “le vestimos, dignificamos su vida porque le cuidamos con amor, Pepe ha transformado familias, ha acercado a personas alejadas de Dios”, ha subrayado.
Uno de los momentos más duros fue contar a los tres hijos del matrimonio que Pepe se había marchado al Cielo. Rafa y Elena dieron el paso cuando los hijos visitaron a su madre en el hospital para conocer a Pepe.
“Fue durísimo el momento de decírselo, porque venían emocionados porque iban a ver a mamá y a conocer a Pepe. El mayor, Rafaelillo, empezó mirando al Cielo diciendo que le dedicaría todos los goles. A Curro le está costando más porque no le parece tener una suerte tener a Pepe en el Cielo, sino tenerle en casa y jugar con él. Pero a través de Pepe llegarán caricias de Dios y nuestra fe se verá fortalecida porque gracias a la fe lo llevamos con mucho amor”.