El cristianismo es "el nuevo punk" entre los jóvenes: "Lo innovador y rompedor tiene que ver con seguir a Jesús"
El autor de ‘Encontrar la Lux Perdida’ analiza en ‘Ecclesia al día’ de TRECE este ‘boom’ religioso, que ve como una oportunidad para la evangelización

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El creciente interés por la religión en la sociedad, especialmente entre los más jóvenes, se ha convertido en un fenómeno de debate. Para analizar esta cuestión, el programa ‘Ecclesia al día’ de TRECE ha contado con la intervención de Fran Beúnza Navarro, escritor, profesor, graduado en ciencias religiosas y coordinador de pastoral de los Escolapios Emaús. Beúnza, autor del libro ‘Encontrar la Lux Perdida’, sostiene que, más que una moda pasajera, existen “brotes verdes” que indican una mayor apertura hacia lo religioso y una búsqueda de solidez por parte de muchas personas.
Una oportunidad para evangelizar
Según Beúnza, este contexto representa “una muy buena oportunidad para poder evangelizar de nuevo”. Aunque considera que los cristianos son desde hace tiempo una “minoría con alegría” y no espera que se conviertan en una mayoría, valora el momento actual. Explica que esta “efervescencia religiosa” no es nueva para quienes trabajan con jóvenes, pero un “combo de situaciones encadenadas” la ha puesto en el foco mediático. Para muchos jóvenes, explica, el cristianismo es el “primer anuncio”, un descubrimiento que abre una nueva puerta a la fe.
Este resurgir provoca que la fe se perciba de una forma totalmente nueva. “Ahora resulta que lo innovador y lo rompedor, el nuevo punk, que dicen algunos, pues resulta que tiene que ver con seguir a Jesús y con ser cristiano” , afirma el escritor. El objetivo, añade, es que esta tendencia no se quede en una simple moda, sino que quienes se acerquen “aprendan a estar y a profundizar en su experiencia religiosa”.

La fe y la cultura pop
En su ensayo, Beúnza conecta la experiencia religiosa con referentes de la cultura pop como Rosalía, la serie ‘True Detective’ o ‘Stranger Things’. Afirma que muchos pastoralistas ya realizan esta “traducción” para conectar con la gente. “Uno de nuestros artes como cristianos es estar atentos a coger esas parábolas que otros construyen y usarlas, pues, para llevar a la gente un poco más allá, para trascender”, explica. El objetivo es dar respuesta a un “vacío” y a una búsqueda de “algo sólido, verdadero y bueno”.
El autor utiliza la metáfora de “una habitación oscura en la que de repente entra un poquito la luz” para describir la situación de muchos jóvenes. Identifica la “soledad” como uno de los grandes males actuales, en un mundo hiperconectado pero desvinculado de las relaciones cercanas y la familia. En este escenario, lo religioso “religa” y puede “generar una comunidad” que ofrece un apoyo diferente.

Un acompañamiento contra la moda
Beúnza subraya que el trabajo pastoral es clave para que este interés no sea efímero. “A mí me gusta mucho decir que los pastoralistas somos refugio y aventura para los jóvenes”, comenta. Son “refugio” porque ofrecen estabilidad en momentos de cambio y “aventura” porque proponen experiencias que les lanzan a “sacar lo mejor de sí”, como voluntariado o el cuidado de mayores.
Finalmente, el escritor plantea una pregunta crucial: “¿qué dios vuelve?”. Advierte del riesgo de que este renacer espiritual sea apropiado por “ciertas ideologías o con ciertos intereses políticos”. Por ello, defiende la importancia de discernir para guiar a las personas hacia el “dios de Jesús”, que, como concluye en su ensayo, lleva a “buscar un por quién profundo y a cuidar de los pobres, sobre todo”.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.





