Las palabras del forense que realizó la autopsia a Miguel Ángel Blanco: "Una sensación de completo silencio"

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Una autopsia en completo silencio

El equipo forense realizó la autopsia totalmente impactado y en silencio, como ha reconocido Luis Miguel Querejeta, forense del Instituto Vasco de Medicina Legal. “Miguel Ángel recibió un primer disparo en la cabeza por detrás y calló de rodillas. Y es ahí cuando recibe un segundo disparo y ese segundo disparo es el que penetra en el cerebro y el que causa la muerte. En el cuerpo no había ningún signo de defensa ni de lucha. Miguel Ángel Blanco no se defendió”.

“Durante la autopsia los que estábamos allí presentes, no éramos capaces de cruzar palabra alguna. Era una completa sensación de silencio”, expresa el forense.

España había contenido la respiración durante 48 horas y todo terminó de la peor forma posible, con la muerte del joven Miguel Ángel.

Episodio 1 – BOL 5K

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La localización del zulo en el que ETA mantiene a Ortega Lara secuestrado solo se entiende por una anotación que la policía francesa detecta en una agenda de la que se incauta tras detener en 1996 al responsable del aparato de logística de la banda y a su número dos. Tras meses de vigilancia al comando Goierri, el juez Garzón autoriza una operación en la que intervienen 500 agentes y que se centra en el registro de una nave industrial ubicada en Mondragon (Guipúzcoa). Tras horas de registro, un error cometido por los terroristas permite en el último momento descubrir el zulo y liberar al funcionario de prisiones.

Episodio 2 – Un asesinato a cámara lenta

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Los días después de la liberación, José Antonio Ortega Lara hablaba poco y muy bajo. Y con un pequeño hilo de voz les dijo a los suyos: “no sabéis cómo son los terroristas. Seguro que ahora matan a alguien”. Ortega Lara estaba seguro de que ETA reaccionaría de alguna manera a su liberación. De que arrebataría la vida a alguien. Aquella feliz mañana del 1 de julio de 1997 se rompería solo 9 días después con el secuestro y posterior asesinato del concejal del Partido Popular en Ermua, Miguel Ángel Blanco. ETA daba un plazo de 48 horas al Gobierno para acercar a las cárceles vascas a todos sus presos. En total, 600. Si no, moriría. Más de 6 millones de españoles se manifestarían para pedir la libertad. ETA había tomado ya una decisión: sería un asesinato a cámara lenta.

Episodio 3 – Calibre 22

ETA cumplió su amenaza. El 12 de julio a las 16.30 h, el concejal del Partido Popular Miguel Ángel Blanco aparecía en un paraje boscoso en Guipúzcoa herido de muerte con dos balas del calibre 22 alojadas en la cabeza. La marca del terrorista Txapote. Los médicos no pudieron hacer nada más que certificar horas después su fallecimiento. El equipo forense realizó la autopsia totalmente en silencio. España había contenido la respiración durante 48 horas. Para muchos, el episodio supuso el principio del fin de la banda pero también el olvido o el desconocimiento por parte de las nuevas generaciones. De hecho, en la actualidad el 60% de los jóvenes no sabe quién es Miguel Ángel Blanco.

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