La historia con la que empieza la primera entrega de Crimen y castigo dedicada al auge de las patrullas ciudadanas cazacarteristas en el metro es la de Angy, una chica de origen colombiano afincada en Barcelona a la que le quitaron el móvil en el suburbano. 

Angy se encontraba viajando en la línea 5 -la azul- del metro de la capital catalana cuando le hurtaron su nuevo smartphone, valorado en más de mil euros. Lo tuvo en sus manos, mientras se mensajeaba con su padre, hasta que lo guardó en el bolso.

VÍDEO: Así reaccionan los carteristas al verse acorralados por las patrullas ciudadanas

Insultan, amenazan, hacen gestos obscenos y se resisten a abandonar el metro

01 jul 2019 - 00:24

El convoy iba muy lleno y ella se encontraba, junto a una amiga, apoyada en uno de los lados del vagón. Al guardar el móvil en el bolso, un chico se colocó enfrente de ella y parecía tener arcadas. Estando preocupada por si el individuo le vomitaba encima, observaba sin parar su cara. Sin embargo, se trataba de una táctica de distracción del carterista, que aprovechó para abrir el bolso de Angy y coger su teléfono, mientras con un chaqueta impedía que la acompañante de la víctima pudiera ver lo que estaba haciendo.

Cuando el metro se detuvo en una parada, Angy se dio cuenta de que el chico salía del metro con un móvil como el suyo en las manos. Todavía sin estar segura de que fuera el suyo, comprobó su bolso y, al confirmarlo, se puso a gritar: “¡Mi móvil, mi móvil!”. Salió al andén, pidió ayuda sin que nadie se la prestase, y se puso a buscar el ladrón sin ningún éxito.

A raíz de esta experiencia, se puso en contacto con Eliana Guerrero, una de las activistas anticarteristas más veteranas de Barcelona, y a día de hoy forma parte de una de los grupos que patrullan el suburbano de la ciudad condal para evitar que más personas tengan que vivir una experiencia como la suya.