Juana Martín lo ha vuelto a hacer. Ha deslumbrado en París con una colección Primavera/Verano 2020 que no puede dejar indiferente a nadie: "La Ville Lumineuse".

En la "Fondation Dosne Thiers de Paris", se revivió el esplendor de Al Ándalus. Porque Juana Martin quería rendir homenaje a Medina Azahara en el primer aniversario de la declaración de este lugar como "Patrimonio de la Humanidad" por la Unesco en 2018.

Como en cada colección, la diseñadora busca la inspiración en lo más profundo de sí misma, en sus orígenes, sus creencias y la tierra en la que vive, Córdoba. Y así ha quedado plasmado en tejidos fluídos y tules repletos de pedrería, propuestas realzadas por los impresionantes y evocadores tocados de "Tolentino Hats".

Para Juana Martín este fue su cuarto desfile en París en los dos últimos años y, poco a poco, va ganando la confianza que le da el haber hallado un nuevo público. "Era una apuesta muy arriesgada y estamos apostando por ello con prácticamente todo el equipo. Cada año damos un pasito más, no sé dónde vamos a llegar, pero ahora mismo me siento bien en París, estamos vendiendo aquí y tenemos un espacio permanente", contó Martín a Efe minutos antes del desfile.

La luz no faltó en la línea, pintada en colores blancos, lilas y metalizados. El desfile abrió con una serie de vestidos de brocados a media pierna, con faldas de tubo o volantes, para no perder la esencia de la diseñadora que siempre añade su toque flamenco.

Rajas hasta la ingle en vestidos de noche con decorado de pedrería y volumen en las mangas y transparencias que se apropiaron de vestidos cortos en forma de americana y con volantes y faldas de tubo por la rodilla.

Con una decoración de almendros, granados y pinsapos, Martín quiso rendir homenaje a la antigua ciudad palatina tras el reconocimiento internacional recibido.

Atrás queda el momento inolvidable aquel 2005, en el que se presentó en la Pasarela Cibeles, primera mujer andaluza, cordobesa y gitana que lo hacía. Desde entonces se convirtio en una asidua de la MBFWM, donde sus desfiles eran de los más esperados y concurridos por el ambiente que solia imprimir. Con música en directo y otros elementos sorprendentes

En definitiva, fusión casi mágica de la riqueza cultural de un momento único en la historia de Córdoba y la luz que desprende Paris, "la ville lumière".