La luz es importantísima para nuestra vida, pero quizás no hemos caído en la cuenta de que el cambio de luz a lo largo del día incluye en cierta medida en nuestro día a día. Desde el principio de los tiempos nuestra mente está programada para recibir distintos tipos de luz acorde al paso de las horas; más blanca e intensa de día, cálida por la tarde, similar a la de la puesta de sol, y muy cálida e indirecta por la noche, que era la luz del fuego y de las velas de la antigüedad. A esto se le llama “Iluminación circadiana”.

Precisamente ahora con el teletrabajo saber qué luz utilizar en cada momento se torna más necesario que nunca. Nuestro cerebro es inteligente y enseguida envía señales de incomodidad si la luz que tenemos no es la correcta, es decir puede "provocar picor, mareo o no dejar que nos centremos en lo que estamos haciendo”, explica a cope.es la interiorista y arquitecta Laura Gärna.

QUÉ LUZ ELEGIR PARA CADA HORA

Entonces ¿cómo debe de ser esta luz? "Es muy importante modificarla a lo largo del día", señala. "Muchos estudios relacionan los ciclos biológicos de la luz del día con la salud humana, por eso deberíamos acompasar en la medida de lo posible nuestros hábitos para que se correspondan con la luz solar. Estamos programados como humanos durante miles de años para seguir estos ciclos, levantarnos con el sol y cenar al caer el sol".

Es muy importante modificar la luz que recibimos a lo largo del día durante el teletrabajo

Por eso, lo ideal sería "adaptar la luz a la temperatura de color de cada momento del día de forma que por la mañana la luz sea más blanca y por la tarde y noche más cálida. En la actualidad hay Iluminación led circadiana de última generación regulable que se adapta a cada momento del día".

Por lo general debemos colocarnos lo más cerca posible de la fuente de luz natural "ya sea una ventana o de una ventana velux. Si no hay ninguna luz, hay que crear un rincón fijo en una zona tranquila, que no esté al paso. Con iluminación indirecta general y un foco de luz personalizada y regulable".

Si utilizamos focos de techo o halógenos todo el día, nos puede dar problemas de visión o incluso dolor de cabeza

Gärna recuerda que "si utilizamos focos de techo o halógenos todo el día, nos puede dar problemas de visión o incluso dolor de cabeza”.

La interiorista ve "crucial" que la iluminación que elijamos "no solo sea saludable, sino que también nos ayude a convertir dicho espacio en un rincón agradable, cálido, que nos reconforte, pero que facilite nuestra productividad".