Marta Rivas, neumóloga: "Hay más trastornos de ansiedad y de atención en adolescentes por los vapeadores"
Esas alternativas al cigarro que se han ido extendiendo a nuestro alrededor preocupan a los profesionales, como explica la enfermera del Hospital Puerta de Hierro de Madrid

Carlos Moreno 'El Pulpo' conoce todas las claves sobre los vaper con Marta Rivas, enfermera en el servicio de neumología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid
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Las alternativas al cigarro se han colado en patios de colegios, terrazas y redes sociales bajo formas aparentemente inofensivas: sabores dulces, diseños coloridos y vapor en lugar de humo. Pero detrás del marketing se esconde una amenaza creciente que inquieta cada vez más a los profesionales de la salud. Marta Rivas, enfermera del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, lo dejó claro esta semana en Poniendo las Calles, en la Cadena COPE: “El vapeo no es inocuo, está provocando daños muy similares al tabaco tradicional”.
En su conversación con Carlos Moreno 'El Pulpo', Rivas alertó de que la falsa percepción de seguridad que rodea al vapeo ha provocado un repunte preocupante entre los más jóvenes. “Los niños de 12 años ya acceden fácilmente a estos dispositivos”, advirtió. “Nos venden los colores, los aromas y la moda de vapear como algo inocente, pero las consecuencias para la salud ya están aquí y son graves”.
Daños físicos… y mentales
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Aunque los vapeadores y cigarrillos electrónicos no queman tabaco, su uso no está exento de riesgos. Según la especialista, “los compuestos que se inhalan, al someterse a altas temperaturas, generan efectos muy nocivos para los pulmones”. Entre las enfermedades más comunes detectadas por el equipo de Neumología del hospital se encuentran la EPOC, el asma, la fibrosis pulmonar o incluso el cáncer de pulmón en personas jóvenes.
Pero no todo queda en los pulmones. “Estamos viendo un aumento en trastornos de ansiedad, de atención, en adolescentes”, explica Rivas. Una tendencia que se confirma en investigaciones recientes del ámbito clínico, como este estudio del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIH) en Estados Unidos, que relaciona el vapeo con síntomas depresivos.

Silueta de hombre fumando un cigarrillo electrónico y soplando una nube de vapor
“El mensaje que se lanza es que vapear ayuda a dejar de fumar, pero en realidad favorece el inicio del consumo de tabaco convencional”, asegura la enfermera. De hecho, los dispositivos calentadores de tabaco contienen nicotina en la mayoría de los casos, lo que crea dependencia desde el primer momento. “El hábito se disfraza, pero es adicción igual”.
Adicción precoz, enfermedades más graves
El perfil de los pacientes que llega al hospital es cada vez más joven. Muchos acuden por problemas respiratorios, pero otros lo hacen ya con diagnósticos más serios. “Vemos cáncer de pulmón en gente que no debería tenerlo a su edad”, confirma Rivas, quien también menciona que incluso algunos trasplantados de pulmón por enfermedades derivadas del tabaco recaen en el hábito tras la operación. “Es una adicción potente, y por eso hay que tratarla como una enfermedad”.
La solución, según la profesional, pasa por un abordaje multidisciplinar, que combine atención sanitaria, familiar y escolar. “Hay que empezar cuanto antes, incluso antes de la adolescencia. En los colegios se necesitan más charlas, más presencia de profesionales que expliquen lo que hay detrás del vapeo”.
Y aunque muchos adultos ya conocen los peligros del tabaco, Rivas cree que el verdadero reto está en concienciar a las nuevas generaciones. “La población joven es la diana de estos productos. Y si no actuamos desde casa, desde el colegio, desde la consulta médica, será muy difícil frenar esta epidemia silenciosa”.

Un joven toma fotografías de otro hombre fumando en el parque.
En España, iniciativas como el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2021-2025 intentan limitar el acceso de menores a estos productos, pero los retos siguen siendo enormes. La venta por internet, la falta de control en comercios y la normalización social siguen jugando en contra.
Mientras tanto, profesionales como Marta Rivas no bajan la guardia. “Se puede dejar de fumar. Solo hace falta pedir ayuda”, concluye. Porque no es solo un problema de pulmones. Es también una cuestión de salud mental, de juventud… y de futuro.