Gana un torneo de ajedrez en Benidorm y cambia la vida de personas en residencias de mayores: "Contra la ansiedad"

En 2014, Alberto Toval se alzó con el primer puesto en el Open Internacional de Nuevas Generaciones de Ajedrez celebrado en Benidorm. Tenía solo 17 años, pero ya acumulaba una década de experiencia en el mundo de las 64 casillas. Lo que no sabía entonces es que ese mismo juego que le llevó a lo más alto en el mundo juvenil, una década después, le permitiría mejorar la vida de personas mayores con enfermedades neurodegenerativas.

Del tablero de competición al tablero terapéutico 

Graduado en Fisioterapia y con una vocación clara por ayudar a los demás, Toval detectó una carencia importante durante sus prácticas universitarias en residencias de mayores: “Las actividades estaban enfocadas casi exclusivamente al deterioro físico, pero la parte cognitiva estaba algo abandonada”, explica. Fue entonces cuando, junto a su amigo José Antonio Sánchez, dio forma a Chesscul, una iniciativa que une su pasión por el ajedrez con su conocimiento como terapeuta.

“Hay dos tipos de ajedrez: el de competición y el terapéutico. Yo me propuse llegar a este tipo de usuarios y utilizar el ajedrez como una herramienta terapéutica”, afirma Toval. Así nació un método que ya se está aplicando en asociaciones de párkinson y alzhéimer, con cursos que reúnen a una media de 20 participantes por grupo.

Una jugada maestra contra la ansiedad  

Desde su lanzamiento en 2024, la escuela online Chesscul ha ganado reconocimiento en el ámbito sanitario. Su enfoque parte de una evidencia cada vez más respaldada por la ciencia: el ajedrez mejora la atención, la memoria, la concentración y reduce el estrés. Un estudio de 2023 ya apuntaba a los beneficios de los juegos de mesa en el retraso del deterioro cognitivo, especialmente entre personas de entre 60 y 80 años.

Para muchos usuarios, es la primera vez que se sientan frente a un tablero. “Ni siquiera habían movido una ficha con una reina”, señala Carlos Moreno 'El Pulpo', que ha compartido su historia en el programa Poniendo las Calles de la Cadena COPE. Pero el recibimiento no puede ser mejor. Según Macarena Higuera, terapeuta ocupacional de la Asociación de Alzhéimer de Málaga, “el ajedrez mejora la autoestima, reduce la apatía y puede disminuir la ansiedad”. Y añade: “El juego previene el aislamiento social. Hace que las personas tengan un rol activo, esencial para su identidad personal”.

El impacto de esta terapia no se limita al plano emocional. Toval, que también sigue vinculado a la fisioterapia, ha observado cómo muchos de los participantes han mejorado incluso su estado físico, gracias a la motivación que genera una actividad intelectual desafiante pero accesible.

Con más de 800.000 personas que padecen alzhéimer en España, y unos 40.000 casos nuevos cada año, iniciativas como Chesscul abren una ventana de esperanza. Como recuerda el propio Toval: “El rival en el tablero pasa a ser un amigo en el que apoyarse”.

El ajedrez ya es considerado un deporte por el Comité Olímpico Internacional, y no solo por su componente competitivo. Su capacidad para estimular la mente, reforzar vínculos sociales y aportar serenidad lo convierte en una herramienta poderosa en la lucha contra el deterioro cognitivo.

La historia de Alberto Toval nos demuestra que el ajedrez no solo es un juego. Es también un camino hacia la dignidad, la salud y la conexión humana. Y todo comenzó con una victoria en Benidorm.