Una especialista en medicina preventiva y el aumento de contagios tras las fiestas de Navidad: "Se multiplica"

Las reuniones familiares, el intenso frío de las últimas semanas y la proliferación de algunos virus ponen en alerta a los expertos como Ana Belén Jiménez

Una pareja pasea con mascarillas en el centro de Madrid
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Poniendo las Calles

Ana Belén Jiménez, médico especialista en medicina preventiva y salud pública del Hospital Severo Ochoa de Madrid, alerta a Carlos Moreno 'El Pulpo' sobre el aumento de contagios tras las fiestas de Navidad

José Manuel Nieto

Publicado el

4 min lectura

Las fiestas navideñas han dejado un rastro palpable en la salud pública española, con un aumento notable de contagios tras las celebraciones de fin de año y Reyes. Las reuniones familiares, la proliferación de virus respiratorios y el intenso frío de las últimas semanas han generado una situación de alerta para los expertos. En este contexto, la doctora Ana Belén Jiménez, médico especialista en medicina preventiva y salud pública del Hospital Severo Ochoa de Madrid, ha hablado con preocupación sobre el incremento de contagios y las posibles consecuencias de este repunte en un reciente encuentro con Carlos Moreno, 'El Pulpo', en Poniendo las Calles.

El reencuentro con familiares y amigos es uno de los mayores atractivos de las festividades, pero a su vez, es también uno de los factores que incrementan el riesgo de contagios. La doctora Jiménez explica que, aunque las reuniones son fundamentales para el bienestar emocional y psicológico de las personas, también suponen un terreno propicio para la transmisión de virus. 

“Cuando nos reunimos mucha gente, la probabilidad de contagiarnos entre nosotros se multiplica”, señala la especialista. Esto se debe a que, durante las celebraciones, es común que se compartan espacios cerrados, alimentos y objetos, lo que aumenta las posibilidades de contacto entre personas infectadas y no infectadas.

Una pareja pasea con mascarillas en el centro de Madrid

Alamy Stock Photo

Una pareja pasea con mascarillas en el centro de Madrid

El desafío radica en que los síntomas de muchas infecciones no se manifiestan de inmediato. “Muchos microorganismos no son detectables hasta pasados dos o tres días, cuando ya te has puesto malo, pero durante ese tiempo puedes haber sido infeccioso y haber contagiado a otras personas”, advierte Jiménez. Esto hace que sea complicado identificar la fuente del contagio, ya que las personas pueden estar transmitiendo el virus sin saberlo, algo particularmente peligroso en un entorno de reuniones sociales donde la proximidad física es inevitable.

El frío, un aliado de los virus

Otro factor relevante en el aumento de contagios es el frío. Las bajas temperaturas de las últimas semanas han favorecido la proliferación de ciertos virus respiratorios, que encuentran en el frío y la humedad el ambiente ideal para desarrollarse y dispersarse. “Los microorganismos aprovechan este clima para proliferar, ya que en el frío se pueden mantener en el aire y en las superficies con mayor facilidad”, explica Ana Belén Jiménez. De hecho, la doctora resalta que el invierno es la temporada en la que los virus respiratorios alcanzan su mayor auge, lo que agrava la situación durante las festividades, cuando se incrementa el contacto físico y la convivencia en espacios cerrados.

Este escenario crea una combinación peligrosa: el frío que favorece la supervivencia de los virus y las reuniones familiares que, aunque necesarias desde el punto de vista social, se convierten en focos de posible contagio. A todo esto se suma el hecho de que las personas, al estar rodeadas de familiares y amigos, pueden relajarse en cuanto a las medidas de prevención, lo que aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades.

A pesar de la inevitabilidad de ciertos riesgos asociados a las fiestas, la doctora Jiménez subraya la importancia de adoptar medidas preventivas básicas para evitar la propagación de infecciones. Una de las principales recomendaciones es mantener una correcta higiene de manos, algo que parece haberse olvidado por muchos desde el fin de la pandemia de COVID-19. “Las manos son un vehículo de microorganismos, y no solo para nosotros, sino que también podemos transmitirlos a los demás. Por eso, es fundamental lavarlas con frecuencia, sobre todo antes de tocar alimentos o al saludarnos”, indica la especialista.

Un hombre usa mascarilla dentro de un autobús en el centro de Madrid

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Un hombre usa mascarilla dentro de un autobús en el centro de Madrid

La limpieza de las superficies también juega un papel importante, ya que muchos virus pueden sobrevivir durante horas o incluso días en objetos de uso común, como manillas, interruptores o teclados. Por tanto, mantener las viviendas y los lugares de encuentro bien ventilados y desinfectados puede reducir el riesgo de contagios, aunque la tarea no siempre sea fácil durante un período de celebraciones intensas.

La difícil tarea de prevenir el contagio

Aunque la prevención es crucial, la doctora Jiménez reconoce que, en muchos casos, es difícil evitar el contagio, especialmente cuando se están llevando a cabo reuniones sociales de forma inevitable. “Es difícil evitarlo completamente, sobre todo porque las reuniones coinciden en el momento de mayor auge de enfermedades”, admite. Sin embargo, hace hincapié en que, si bien es importante disfrutar de la compañía de los seres queridos, también lo es mantener la prudencia si se tiene algún síntoma de enfermedad o si se está en contacto con alguien que lo tenga.

La especialista también subraya que la salud mental y emocional de las personas es clave, y que las reuniones familiares no deben ser completamente descartadas. “Reunirse con los seres queridos es positivo para la salud mental, pero debemos ser conscientes de que hay medidas que podemos tomar para no ponernos en riesgo ni poner en riesgo a los demás”, concluye Jiménez.

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