Vaya gira la que se hizo ayer el ministro de Agricultura y Alimentación, que es realmente el que sabe de estas cosas, para desautorizar al titular de Consumo.

Llamaba la atención que después de las incendiarias declaraciones de Alberto Garzón Luis Planas estuviera callado. Bueno pues ayer apareció y se dedicó a dar entrevistas en diferentes medios de comunicación para matizar las palabras de Garzón que tanto daño pueden hacer al sector de la carne en nuestro país.

Planas, en el Cascabel de Trece, convertido en bombero intentó apagar los fuegos originados por Garzón después de que éste pusiera a caldo la carne de las macrogranjas españolas en un periódico inglés.

El ministro de Agricultura defendió la ganadería intensiva y todos los controles de calidad, que son muchos que se realizan en nuestro país, pero también en Bruselas y que hacen además todos los países de fuera de la Unión EUropea que importan nuestros productos cárnicos. China, Francia, Reino Unido Japón o Portugal son nuestros principales clientes.

Pero además de Planas, a esta polémica de Garzón y la Carne se ha referido también el presidente de Castilla La Mancha, el socialista Emiliano García Page. Y lo ha hecho en tono de guasa, que a Nadia Calviño, que estaba a su lado, parece que no le ha molestado, todo lo contrario.

Todo este asunto ha abierto una nueva brecha en el Gobierno de Coalición, donde Podemos ha salido en tromba a defender a su ministro. Dicen que desde el PP y Vox han montado un bulo entorno a las palabras de Alberto Garzón y critican al PSOE por participar de ello. Además tachan también de desleal a Pedro Sánchez por no dar la cara por su ministro de Consumo.

¡Que buen rollito hay en el gobierno! Pero como todo en política es estrategia, al final esta polémica la están aprovechando los dos socios de coalición para marcar distancias el uno del otro. En un mes hay elecciones en Castilla y León y mostrar lo diferentes que son es lo que más les conviene de cara a esos comicios.