La escuela deAguilar del Alfambra llevaba tres décadas sin abrir sus puertas. La escolarización de una niña de tres años no sólo ha provocado la alegría en la localidad, sino que ha restablecido su servicio educativo.

El Ayuntamiento, las familias y los vecinos demandaron al servicio provincial de Educación la reapertura de las aulas para no tener que desplazar a los niños al centro escolar Camarillas, situado a cinco kilómetros de Aguilar del Alfambra. Ambas escuelas pertenecen al Colegio Rural Agrupado Pablo Antonio Crespo. Una de las profesoras, Marta García, explica que el centro ya cumple el ratio que establece la Consejería de Educación de Aragón para que un colegio permanezca abierto en el medio rural. “Ahora mismo hay cuatro niños. Además hoy hemos tenido una nueva niña escolarizada así que ahora ya somos cinco”, indica la docente.

La escuela cumple con las medidas de seguridad y prevención frente a la Covid-19 a pesar del número de alumnos. La profesora confirma:“No son problemas tan graves porque al ser ya el grupo burbuja, no tenemos tantas dificultades”. Aún así, ha señalado que se cumplen todas las recomendaciones sanitarias y que sí existen ciertos inconvenientes, y añade: “En este caso muchos de ellos son familiares, o son hermanos o son primos, entonces fuera del horario escolar también están juntos”.

Los alumnos comprenden todas las edades escolares, lo que resulta otra dificultad. En concreto el grupo está compuesto por una niña de tres años, dos de cinco años, una de segundo de primaria y otra de cuarto de primaria.

La profesora ha señalado que tanto los niños como los padres, los cuales anteriormente se tenían que trasladar diariamente hasta el otro pueblo, se encuentran muy contentos con su reapertura, y no sólo ellos, sino también las personas mayores de la localidad que, treinta años después, se asomaban emocionados a ver a los pequeños. “Las escuelas dan mucha vida en los pueblos tan pequeños”, asegura Marta.