El método 'Godly Play' para fomentar la espiritualidad en personas con discapacidad: "Vemos capacidad donde otros ven barrera"
La Casa Santa Teresa reivindica la dimensión espiritual de estas personas, un aspecto a menudo olvidado que se basa más en la relación que en lo cognitivo

Entrevista Mediodía COPE Casa Santa Teresa
Madrid - Publicado el
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En España, casi 4.700.000 personas tienen algún tipo de discapacidad, según el informe Olivenza 2024. Aunque la mayoría (92%) vive en sus hogares familiares, un 8% reside en centros colectivos. Uno de ellos es la Casa Santa Teresa, de la Congregación de las Hijas de Santa María de la Providencia, que ofrece a adultos con discapacidad intelectual los apoyos necesarios para desarrollar sus proyectos de vida, incluyendo el acceso a la dimensión espiritual.
La inclusión espiritual
Elisa Pérez Avellán, voluntaria desde hace más de diez años en el centro, explica que la dimensión espiritual a menudo se asocia erróneamente solo al ámbito cognitivo. "Se olvida que la espiritualidad tiene mucho de relación, y las personas con discapacidad intelectual, en eso nos llevan la delantera", afirma. Para visibilizar esta realidad, van a organizar unas jornadas junto a la fundación Astier, la fundación Gil Gallarre y la Universidad Pontificia Comillas para "dar voz y romper estas barreras".

Para abordar conceptos abstractos, como la diferencia entre el cielo físico y el espiritual, en Casa Santa Teresa se buscan lenguajes alternativos. Un ejemplo es la adaptación del método Godly Play, una herramienta más interactiva que ha generado respuestas que "te quedas con la boca abierta", según Pérez Avellán. La reflexión de una de las participantes tras una sesión demuestra su profundo impacto.
Entiendo muy bien y es muy fácil lo que nos cuenta, siento muy cerca a Dios y a Jesús"
Voluntaria desde hace más de diez años en el centro
Una vida normal y autónoma
La vida en la Casa Santa Teresa busca la normalidad y la autonomía. El centro cuenta con un centro ocupacional con diversos talleres y colaboraciones con empresas. De hecho, tres de las residentes trabajan en un restaurante recientemente inaugurado. "Intentamos dar normalidad, una vida como cualquiera de nosotros", subraya la voluntaria, siempre garantizando la seguridad y el acompañamiento necesario en su desarrollo integral.
El pilar fundamental es "educar la mirada y los gestos", como señalaba el fundador, San Luis Guanela. El objetivo es "ver capacidad donde otros ven barrera". Esto se fomenta escuchando a los residentes, que deciden sobre su tiempo de ocio, sus compras o la gestión de su salario mensual, promoviendo un respeto profundo por cada individuo.
Ver capacidad donde otros ven barrera"
Voluntaria desde hace más de diez años en el centro
El centro funciona como una verdadera casa, no como una institución, un aspecto clave de su ideario. A medida que los familiares de los residentes fallecen, "nosotros hacemos familia con las personas", asegura Elisa. Por ello, se fomenta que se sientan en su hogar, con habitaciones individuales y baño propio para generar auténticos vínculos familiares.
Casa Santa Teresa es un centro concertado con financiación de la Comunidad de Madrid, pero también depende de entidades privadas para sostener su proyecto. A pesar de que "los medios son muchas veces escasos", mantienen la ilusión porque, en un mundo que a veces promueve la "sociedad del descarte", ellos apuestan "por una inclusión plena y verdadera".
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.