Después de muchas semanas de silencio en los institutos, hoy han vuelto a escucharse los timbres que anunciaban que había que entrar en las aulas.

Cuando hace casi tres meses se anularon las clases hubo muchos que saltaron de alegría, alumnos sobre todo. A medida que pasaban las semanas parte de ellos dejaron de celebrarlo. Es más, comenzaron a preocuparse por la interrupción de su preparación. En concreto los chavales de 2º de Bachillerato que este año tienen que pasar la prueba de la EBAU.

Nos hemos acercado en esta primera jornada al IES Real Instituto de Jovellanos, en Gijón (Asturias). Y hemos charlado con una alumna de 2º de Bachillerato, Andrea Rodríguez y con el jefe de estudios, Javier Bernabé.

Andrea reconocía que “el reencuentro con los amigos, con los profesores, ha sido emocionante, pero, aún así, manteniendo la distancia especial ha sido un poco frío”.

Ha explicado cómo en cada grupo no podía haber más de 15 alumnos, con lo que han tenido tramos de tiempo de espera, que ellos han aprovechado en aulas habilitadas para el estudio.

En esas primeras conversaciones que han surgido aseguraba:“Hemos hablado de más o menos cómo llevamos el examen, de los nervios que tenemos todos y de las notas que hemos recibido hace dos días”. Ella estaba contenta con sus resultados. Pero es verdad que definía que al principio los exámenes virtuales habían sido estresantes. Andrea ha reconocido la labor del profesorado y de los familiares.

Javier, en su función de jefe de estudios, ha confirmado que han tenido que adaptarse en un tiempo récord a la situación. En estos meses han realizado un gran esfuerzo, sobre todo en las primeras semanas. Añadía que ha sido inevitable que perdieran el ritmo porque es muy importante el contacto físico. También ha influido la situación y medios con que contaba cada uno de ellos en su casa.