Huyó de la guerra en Ucrania con su familia y hoy decora una parroquia en Madrid: "Llegué con miedo, pero encontré esperanza"
Andrei Babotenko, artista ucraniano refugiado, ha encontrado trabajo como muralista gracias a la parroquia del Santísimo Redentor

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Cuando estalló la guerra en Ucrania en febrero de 2022, Andrei Babotenko solo tuvo tiempo de hacer una mochila con lo imprescindible. Junto a su esposa y sus cuatro hijos, abandonó su hogar en Kharkiv, una de las ciudades más castigadas por los bombardeos rusos. "Salimos el segundo día del conflicto, pensando que volveríamos pronto", recuerda. Tres años y medio después, su vida ha cambiado para siempre, pero el arte y la fe han sido su refugio.
En Madrid encontró apoyo en las hermanas Agustinas de la Conversión, quienes le pusieron en contacto con el padre José Miguel de Aro, párroco del Santísimo Redentor. "Fue un milagro", asegura Andrei, que había pedido ayuda justo cuando el sacerdote buscaba un artista para decorar la capilla del Vía Crucis. Hoy, trabaja en cuatro murales inspirados en el Antiguo Testamento que se estrenarán en septiembre.

La historia del ucraniano Andrey Babotenko
Arte al servicio de la fe
Instalado en el salón de actos de la parroquia, Andrei trabaja con paciencia y detalle sobre cuatro lienzos de lino de casi tres metros de alto. "Pinto con aglutinante acrílico y pigmentos naturales. Quiero que los tonos encajen con la armonía de la capilla", explica. Las escenas representan el Arca de Noé, la Encina de Mambré, el Sacrificio de Isaac y la zarza ardiente de Moisés. Para él, estas imágenes reflejan la espera del pueblo de Israel… y también la suya personal.
"La peregrinación de Israel hacia Cristo me recuerda a nuestro camino forzado hacia un futuro incierto", dice el artista. Aunque llegó a España con temor, su vocación lo sostuvo: "Traía mis sueños en la mochila. Este trabajo me ha devuelto la dignidad".
El padre José Miguel lo confirma: "Andrei está haciendo algo muy valioso, no solo para la parroquia, sino también para su familia. Esto no es caridad puntual, es una forma de integración real y respetuosa con su talento".
Mucho más que un encargo: una oportunidad de vida
Desde que dejó de recibir encargos en 2024, Andrei vivía con gran precariedad. Su situación era insostenible con cuatro hijos y sin ingresos estables. Pero esta colaboración con la parroquia ha cambiado el rumbo del verano. "Ahora tengo trabajo por al menos dos o tres meses. Eso ya es una gran ayuda", señala con gratitud. Su siguiente objetivo: encontrar una vivienda digna para su familia.
El padre José Miguel no se ha quedado en lo espiritual. "Estamos haciendo lo posible para encontrarles una casa, para que vivan con dignidad. Esto no va de limosnas, va de justicia. Le pedimos a la Virgen del Perpetuo Socorro que nos eche una mano", afirma entre sonrisas. Y cuenta que incluso encargaron a Andrei doce pequeños iconos de la Virgen, que se vendieron todos rápidamente.
"Pido a Dios que no se acabe aquí", añade Andrei. "No puedo volver a mi país, pero sí puedo servir desde aquí con mi arte". El párroco invita a todos a visitar los murales en septiembre y conocer en persona al artista: "Cuando ves su obra, entiendes que no estás solo ante pintura, estás ante un testimonio de fe y resistencia".