Fuentenava de Jábaga, en Cuenca, ha arrancado esta semana con una buena noticia: el colegio vuelve 48 años después. Este pueblo, a tan solo 8 kilómetros de Cuenca tiene alrededor de 400 habitantes y les ha devuelto la esperanza a todos ellos. Porque sí, en los pueblos pequeños también hay vida. 10 alumnos van allí cada día a recibir clase de cinco profesores. Los cursos van desde segundo de Infantil hasta sexto de Primaria, es decir, el abanico de edades va desde los 4 hasta los 12 años.

El 20% de los niños del colegio son hijos de Rebeca. Héctor, de 5 años, y Adriana, de 8, que han empezado su primera semana de cole, por fin, en su pueblo. "Me ha cambiado la vida tener el cole debajo de casa. Todo es más cercano. Luego pueden jugar con los amigos del pueblo por la tarde. Antes tenían que ir a Cuenca capital y tardábamos 20 minutos", ha asegurado Rebeca. Tanto es así que ahora “duermen una hora y media más que antes”. Aunque parezca un lío, la organización es bastante sencilla: “Los profesores de asignaturas especializadas vienen días puntuales. Mientras, están con la tutora y el maestro de apoyo”.

Como te decía, son solo 10 alumnos y de edades distintas, por lo que dar las clases y repartir el trabajo no debe ser tarea fácil. Para organizarlo hay cinco docentes. Cuatro itinerantes, que van y vienen, y María, que es la tutora. Tiene 29 años, es su séptimo trabajando como profesora y es la encargada de coordinarlo todo. “Es cuestión de organizarse. Al tener varios noveles mezclados, primero hacemos actividades comunes y luego los dividimos por grupos”, cuenta María. Es más, tal y como nos cuenta la tutora, “mientras los más mayores hacen sus tareas, tenemos tiempo para atender a los más pequeños”.