

Pilar García Muñiz: "Es llamativo el tejemaneje en el escenario judicial aunque estemos curados de espanto"
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Hoy se cumplen justo dos meses de la Huelga de los letrados de la administración de Justicia. Dos meses nada más y nada menos de una huelga que mantiene los juzgados trabajando a medio gas, esto en un país donde el sistema judicial ya de por sí va lento.
Ahora mismo hay casi 450 mil demandas paralizadas y se superan los 350 mil juicios suspendidos. Juicios donde se resuelven desde problemas de herencias, a litigios por accidentes de tráfico, robos comunes, custodias compartidas, pensiones alimenticias. En fin, un largo etcetera de asuntos que nos pueden afectar a cualquiera, en cualquier momento.
En la cúspide de todo este sistema está el Consejo General del Poder Judicial. Es el órgano de gobierno de los jueces, que debería de haberse renovado hace 4 años y medio, pero que no se renueva porque PP y PSOE, no se ponen de acuerdo.
Esta situación es tan flagrante, que incluso Bruselas ha exigido al gobierno que la desatasque antes de que España asuma la presidencia de la Unión Europea en el mes de julio. Dede luego no queda bien que el país que ostenta la presidencia tenga bloqueado su máximo órgano judicial por falta de consenso.
Lo que llama la atención ahora...es que los llamados vocales progresistas del Poder Judicial, próximos al gobierno, se han citado hoy para tratar la situación y poner encima de la mesa una posible dimisión en bloque. Esto podría generar una crisis que beneficiaría a Moncloa porque forzaría una renovación antes de que llegue la presidencia de la Unión. Lo que pasa es que, incluso dentro de este sector progresista, tampoco se ponen de acuerdo y por ahora han quedado en volver a reunirse y poco más.
Desde luego, es llamativo el tejemaneje en el escenario judicial aunque estemos “curados de espanto” porque es algo que viene de lejos. Acabamos de comentar cómo la justicia es algo fundamental para cualquiera de nosotros pero por desgracia la motivación política no parece ser la de solventar los problemas de los ciudadanos sino la de controlar las fuentes judiciales.
Es algo que ya hemos visto por ejemplo en la reciente renovación del Tribunal Constitucional. Ha sido cambiar la mayoría y el gobierno ya ha conseguido que el Alto Tribunal dé el visto bueno a leyes tan polémicas como la del Aborto, la Eutanasia o ayer mismo a la Ley Celáa de educación.
Una ley también polémica, con mucha carga ideológica, aprobada sin consenso de la comunidad educativa y que cercena la libertad de elección de los padres al arriconar, por ejemplo la educación diferenciada.



