Se habla mucho de la cuesta de enero pero es que la subida ha sido muy empinada si hablamos de destrucción de empleo....Y es que en este primer mes del año se han perdido cada día casi 7.000 puestos de trabajo.

En el mes completo hablamos de una pérdida de 215.000 empleos, 15.000 más que el mismo mes del año pasado.

Es verdad que el mes de enero es tradicionalmente malo para el mercado laboral por el fin de la campaña de Navidad. Todos aquellas personas que fueron contratadas para el comercio o para la hostelería se despiden porque se acabó la temporada. Ya no hay tantos clientes, ni tantas ventas y fin del contrato. Como pronto...en el caso de la hostelería, por ejemplo, hasta Semana Santa.

Y eso vuelve a verse en este mes que acabamos de despedir donde son precisamente estos dos sectores, hostelería y comercio, los que más empleo destruyen.

Pero también es verdad que esta foto es típica de todos los meses de enero. Lo que no es tan típico es ver cómo se destruye tanto empleo público. En la Sanidad, por ejemplo, se perdieron unos 17.000 cotizantes frente a los 1.700 de una año antes.

Tampoco es típico ver cómo sube más el paro que en los años anteriores: 71.000 personas. Cuatro veces más que lo que vimos el año pasado en estas fechas.

Y eso que tenemos la figura de los fijos discontinuos, esos que NO están trabajando actualmente pero que desde la entrada en vigor de la reforma laboral NO contabilizan como parados. Si los incluyéramos estaríamos hablando todavía de peores cifras en este sentido.

Por quedarnos con dos cosas buenas: Por un lado, está el número de cotizantes a la Seguridad Social que se mantiene por encima de los 20 millones, una barrera muy importante para hablar de sostenibilidad del sistema. Y por otro, la temporalidad de las nuevas contrataciones que cae a mínimos históricos. Se sitúa en el entorno del 15% cuando antes de la reforma laboral estaba sobre el 30%. Lo curioso de esto es que AHORA el mayor peso de la temporalidad recae en el sector público. En las administraciones.

La foto que arrojan estas cifras confirman que la incertidumbre económica es la mayor amenaza para el empleo en estos momentos.