"Santos vio en Sánchez al socio ideal para sus manejos, la cara bonita que no levantaría sospechas"

Iba a decir que la trama Cerdán salta a Navarra, pero no sería correcto: la trama Cerdán nació en Navarra. Concretamente Koldo y Santos empezaron a amañar obras públicas en el año 2015, según la UCO, principalmente a través de la empresa Servinabar. Y un año después de empezar con los amaños, Santos se apropió en secreto del 45% de esa misma empresa, que dirigía un amigo íntimo de Arnaldo Otegi llamado Antxón Alonso. O sea que la empresa era mitad de un hombre fuerte de Bildu y mitad de un hombre fuerte del socialismo navarro.

La corrupción económica siempre va unida a la corrupción moral. Siguiendo la pista del dinero, ahora entendemos mejor que fuera Santos Cerdán el impulsor del blanqueamiento de Bildu. Solo necesitaba que en Ferraz mandara alguien con menos escrúpulos aún que Zapatero, que todavía se negó a pactar gobiernos con Bildu. Y entonces llegó Pedro Sánchez: y enseguida Santos vio en él al socio ideal para sus manejos, la cara bonita que no levantaría sospechas. Y con Pedro venía José Luis Ábalos, un hombre tan cargado de vicios que resultaría fácilmente corruptible. Bastaba lograr que Pedro lo situara al frente del ministerio de mayor presupuesto para que fluyera la pasta a través de mordidas a cambio de obra pública. Y así ocurrió. Pero el cerebro de la trama siempre fue Santos Cerdán, asistido por Koldo. Y el cooperador necesario era Pedro Sánchez: cuando sus compañeros lo echaron en aquel comité federal por pretender gobernar hasta con Bildu, Pedro se dio cuenta de que para recuperar el trono de Ferraz necesitaba rodearse de gente con tan pocos escrúpulos como él. Y así nació la banda del Peugeot: de Navarra a Ferraz, y de Ferraz a Moncloa. No por nada las primeras mordidas las cobraba Santos en el bar Franky de Pamplona: del bar Franky a la mayoría Frankenstein.

La todavía presidenta de Navarra se ha hecho un Rubiales esta mañana"

Jorge Bustos

Copresenador de 'Mediodía COPE'

Santos Cerdán se ha revelado un consumado maestro a la hora de mezclar la política turbia con la economía sumergida. Los investigadores calculan que la constructora Servinabar ha coparticipado desde 2017 en al menos seis adjudicaciones públicas por valor de 106 millones de euros, entre ellos los 76 millones del túnel de Belate. Un día Santos maquinaba el apoyo de Bildu a Chivite; y otro día tramaba una adjudicación para Servinabar, la empresa donde trabajaba sin confesarlo la novia del número dos de Chivite, Ramón Alzórriz, que dimitió anoche. Un día Santos urdía una moción de censura para poner un alcalde de Bildu en Pamplona a cambio de los votos de Otegi para investir a Pedro; y otro día se reunía con Óscar Chivite, el tío de la presidenta, al que Santos colocó en la consejería clave para adjudicar obras, después de haber sido administrador de una empresa proveedora de Acciona. Pero Óscar Chivite todavía no ha dimitido.

Y todas estas cosas las hacía Santos Cerdán, el hombre clave del sanchismo, mientras dirigía el PSOE, mientras premiaba a fieles o acosaba a discrepantes como Adriana Lastra, o mientras negociaba con Puigdemont en Suiza la autoamnistía de Pedro. Por cierto, ¿abrirían una cuenta discreta Santos y Carles, conociendo la afición de la mano derecha de Sánchez a mezclar negocios y política, y aprovechando que pasaba por Suiza? ¿Hay mordidas repartidas entre PSOE y Junts? Es una duda razonable, visto lo visto.

La todavía presidenta de Navarra se ha hecho un Rubiales esta mañana. Dice que no recuerda si en alguna ocasión habló con su amigo y mentor Santos sobre Servinabar. “Dije caiga quien caiga y estoy cumpliendo”, ha dicho Chivite. Cuidado, doña María: que si cumple de verdad, y se toma en serio eso de la responsabilidad política, a lo mejor quien tiene que caer es usted".