Cuando hablamos de domótica nos referimos a una tecnología que permite construir viviendas sin interruptores, en las que las televisiones se encienden con la voz, en las que hay robots que te cocinan solos y en las que, además, todo está conectado entre sí para conseguir, por ejemplo, un balance energético óptimo.

Pues bien, todo esto va a explotar en 2023 cuando se calcula que haya ya instalados 1.500 millones de aparatos electrónicos para el hogar. Y esa cifra va a seguir creciendo.

En 2024, se estima que una de cada 4 casas tendrá, al menos, un dispositivo conectado.

Descubrimos la casa del futuro

Para descubrir una de estas casas nos desplazamos hasta el municipio madrileño de Majadahonda.

Se trata de una smarthome hecha a medida de su propietario: 700 m2, tres plantas una pantalla táctil -conectada a una app- desde la que se controla todo.

Una casa muy avanzada en cuestiones de domótica y donde toda la tecnología del hogar bien está integrada e interrelacionada para establecer conexiones de verdad entre los diferentes dispositivos.

Allí, hay sensores de inundación, sensores de presencia, todo manejable desde una pantalla táctil instalada en casa y de una app móvil.

"Me hace la vida más cómoda cuando estoy fuera"

Su propietario Manuel nos asegura que se trata de una tecnología muy útil cuando está en casa pero, sobre todo, cuando no lo está: "si viene un repartidor con un paquete, yo puedo abrirle las puertas desde el móvil, comprobar que me ha dejado el paquete, cerrar las puertas y volver a activar la alarma". Y todo esto, como se puede ver en la siguiente fotografía, desde una apliación móvil.

El precio medio de una primera instalación de este tipo rondaría los 1.000 euros.

Una cantidad asequible teniendo en cuenta este tipo de tecnología. Lo ideal sería, como recomiendan los expertos, contar primero con un servicio de vídeo-portería y climatización y después ir añadiendo nuevas funcionalidades.