La teoría "descabellada" de la conspiración que está calando entre los jóvenes españoles: 1 de cada 4 la cree
Una encuesta revela que crecen las creencias pseudocientíficas en España y señala a las redes sociales como un potente altavoz de teorías conspirativas

Teorías conspiratorias
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La confianza en la ciencia convive hoy en día con una paradoja cada vez más preocupante: el auge de las teorías conspirativas. Según datos de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, dependiente del Ministerio de Ciencia, el número de españoles que cree en conspiraciones sobre salud, medio ambiente o tecnología se ha duplicado en los últimos cinco años. Los datos revelan un giro inquietante en la percepción de la realidad de muchos ciudadanos.
El 60% de los encuestados cree que existen soluciones contra el cambio climático que se están ocultando por intereses económicos. Pero hay más: la mitad de los españoles cree que las farmacéuticas esconden los peligros de las vacunas, y uno de cada cuatro está convencido de que estas provocan autismo y que los gobiernos lo saben y lo ocultan. Además, cuatro de cada diez piensan que los virus son inventados en laboratorios por los gobiernos para controlar a la población, y un tercio cree que existe una cura para el cáncer que no se revela por intereses comerciales.
Mala información
Frente a este panorama, el divulgador científico Jorge Alcalde, colaborador de La Tarde, aportó claridad y reflexión. “No sé si hay una brecha entre sociedad y ciencia, porque, de hecho, la profesión científica sigue siendo de las más valoradas”, puntualizó. Sin embargo, reconoció que el auge de opiniones conspiranoicas ha aumentado significativamente.
Una de las claves, en su opinión, está en el canal por el que se difunde la información: “Se ha duplicado el número de personas que solo se informa sobre ciencia a través de redes sociales. Y ahí, la calidad informativa no siempre es buena”.
La desinformación, advirtió, no es un juego inocente: “La mala información científica puede matar. Si me informan mal sobre las vacunas, puede afectar a mi vida y a la de mis hijos”, señaló, recordando que aunque en España las tasas de vacunación siguen siendo altas, están comenzando a descender.
DEL ESCEPTICISMO AL NEGACIONISMO
Otro de los aspectos que analizó Alcalde fue el uso impreciso del término “negacionista”. “Hay una línea muy fina entre escepticismo y negacionismo. No todo el que cuestiona una medida contra el cambio climático niega el fenómeno”, aclaró. En su opinión, esa confusión, muchas veces alimentada por los propios medios de comunicación, perjudica al debate y refuerza a los verdaderos negacionistas.
Para ilustrarlo, habló del caso del cambio climático: “La mayoría de la población acepta que existe y que el ser humano tiene un papel en ello. Pero cuando se les pregunta si las cumbres del clima son eficaces o necesarias, muchos dudan. Eso no es negar el cambio climático, sino cuestionar medidas concretas.”
La tierra palana, la luna... y stevie wonder
Las teorías más extremas también encontraron espacio en la conversación. Desde quienes aún defienden que el hombre no llegó a la Luna hasta el insólito caso reciente de Stevie Wonder, obligado a desmentir públicamente que fingía su ceguera. “Este tipo de conspiraciones se refuerzan con el debate”, lamentó Alcalde. “Los que creen que la Tierra es plana se sienten héroes al ser desafiados. Es muy difícil combatirlo, porque la confrontación les da fuerza. Por eso, lo más eficaz es la información clara y constante”.
La crisis como combustible de la conspiración
Jorge Alcalde apuntó hacia las grandes crisis como caldo de cultivo de estas ideas: “En momentos de incertidumbre, como una pandemia o una guerra, la gente busca explicaciones simples. Y si la información oficial es errática o poco transparente, se abre la puerta a cualquier teoría”.
Según el divulgador, las instituciones tienen una gran responsabilidad. “Si no informas con claridad desde el minuto uno, dejas espacio a la conspiración”, sentenció. Una lección que, como él mismo advierte, aún estamos aprendiendo a fuerza de tropiezos.
LA RESPONSABILIDAD ES DE TODOS
La responsabilidad no recae solo en medios e instituciones. También los usuarios tienen el deber de elegir bien sus fuentes. “No todo lo que dice alguien en redes sociales es cierto. Hay que contrastar y acudir a fuentes fiables”.
En tiempos de sobreinformación y desconfianza, lo que está en juego no es solo el conocimiento, sino también la salud pública, el medioambiente y la cohesión social. La mejor arma contra la conspiración es la información, con ciencia y sin alarmismo.