Ricardo, el hombre que construye él solo su propio edificio en Linares
Cuenta en La Tarde cómo decidió continuar con la obra cuando la crisis obligó a parar su construcción

Ricardo Almazán, en La Tarde, construye el solo un edificio en Linares
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
La crisis económica dejó muchas historias. Algunas se han contado y otras no. Pero seguro que ninguna como la que te voy a contar yo ahora.
En 2007 la empresa de nuestro protagonista empezó a construir un edificio en Linares, Jaén. Pero la crisis, implacable contra el ladrillo, obligó a parar la obra en 2009.
Hasta ahí, puede ser la historia de uno de los muchos edificios que se quedaron a medio hacer en esos años en muchas ciudades españolas.

Pero Ricardo Almazán, nuestro protagonista, dueño de la empresa que construía el edificio, decidió ponerse manos a la obra él solo y seguir poniendo ladrillos. Pero él solo, sin ayuda de nadie. La estructura de la obra estaba hecha, pero nada más. Por lo que Ricardo se ha convertido en un hombre-orquesta de la obra haciendo de albañil, electricista, pintor, carpintero y hasta gruísta.
Y así lleva más de ocho años este ingeniero y piloto comercial de aviación, que son sus dos profesiones. Estima Ricardo que el edificio estará terminado en cuatro años. Y cuando acabe, ¿qué va a pasar?
En La Tarde, Ricardo ha contado que tiene claro que no va a dar ningún paso "en detrimento de la calidad" de la construcción del edificio, por lo que no pone fecha para penalizar la construcción.
Uno de los oficios que ha tenido que desempeñar es el de gruista, porque su "velocidad era muy lenta", porque lo que no "podía tener a un gruista esperando".
Ricardo, que se define como un intruso en la profesión, ha contado que contó al inicio con un amigo suyo albañil, que falleció, por lo que tuvo que continuar solo. Desde entonces, ha ido adecuando "la velocidad de la obra a los recursos con los que cuento".
Ahora mismo, el edificio tiene la cubierta terminada, la fachada, las cámaras de aire...". Se trata de un edificio con dos plantas subterráneas de aparcamientos y tres plantas sobre la superficie. Son dieciocho viviendas.
Además, el edificio tiene una característica: es autónomo en agua porque cuenta con un pozo.
