Javier Quintero, psiquiatra: “Las compras del 'Black Friday' te pueden costar relaciones, pero hay estos tres métodos para evitar convertirte en un comprador compulsivo”
El doctor explica en 'La Tarde' qué síntomas deberían alertarte de que puedes ser comprador compulsivo y cómo ponerle fin en el caso de que lo seas

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Llega una de las semanas más importantes del año para ciertas empresas, comercios, e incluso los influencers: la semana den 'Black Friday'. Básicamente, esos días en los que las ofertas copan todos los escaparates y todos nos volvemos absolutamente locos.
Ese vestido que te encantaba hace unas semanas, o esos zapatos que necesitabas y que ahora tienen un 40%de descuento. Otras cosas que te gustan, al 50 o al 60% de descuento, y tú te obnubilas y te decides a comprarlo todo. Cuando ves el extracto de la tarjeta, has gastado prácticamente tu sueldo.
Sin embargo, no te parece que sea un problema ni algo preocupante, porque en cuanto tienes la oportunidad de nuevo, vuelves a hacerlo. “Solo son unas compras” te dices, pero cuando llega el momento, vuelves a hacerlo.
Y eso, lo sepas o no, tiene un nombre: oniomanía. O, lo que es lo mismo, el trastorno de las compras compulsivas, en el que básicamente te gastas casi todo tu dinero en las compras. Es una adicción como cualquier otra y salir de ella no es nada sencillo.
Pero sí que se puede, y, no solo eso, se puede evitar caer en esa adicción.
Por qué nos obnubilan tanto las ofertas
Tranquilidad, el hecho de que te lances a las ofertas y que te gusten los descuentos y comprar en estos días, no significa que seas un comprador compulsivo o que estés cerca de serlo. Pero sí que es verdad que si te descuidas, podrías caer en esa adicción.
¿Cómo podemos diferenciar el gusto a las compras de una adicción? ¿Por qué nos lanzamos tanto a por las ofertas? Es a lo que responde Javier Quintero, psiquiatra, en 'La Tarde'.
Nos gustan porque nos genera dopamina. “Sobre todo genera dopamina todo el proceso previo a la compra, es decir, lo que tiene que ver la anticipación y el deseo. Una vez que compramos, una vez que ya hemos dado ese clic, de alguna forma ya se produce ese pico de dopamina y luego ya empieza a decrecer” explicaba.

De compras
Dice que te empiezas a dar cuenta de que no has tomado una buena decisión cuando te llegan todas tus compras y no te gusta nada. “El fenómeno de urgencia. De alguna forma juegan con que esta urgencia. Y el otro es el efecto de anclaje. Nosotros cuando no tenemos criterio por algo, nuestra primera impresión fija ese recuerdo, fija ese ese umbral. Eso quiere decir que si tú ves una cosa que vale 100 € y luego te lo tachan y te ponen 50, tú realmente no sabes cuál es el precio, pero has ubicado ese precio con respecto a ese anclaje inicial de la primera información, con lo cual de nuevo crees y dices, "Wow, esto es una canga que me la tengo que llevar aunque no la necesite"” explicaba Javier Quintero.
Así es cómo te tiras a por las ofertas, llegando a usar las compras como una forma de llenar un vacío emocional.
Cómo evitar ser un comprador compulsivo
Cegado por las ofertas y con cada vez más ganas de comprar, empiezas a hacerlo casi sin darte cuenta. Hoy es un jersey que te ha parecido divino y que, total, te lo mereces, y mañana son un par de zapatos que crees que necesitas. Poco a poco, tu cartera va adelgazando sin necesidad ninguna.
Estás empezando a tener un problema y no te das cuenta hasta tiempo después. “Me doy cuenta de que estoy empezando a tener una conducta que no encaja porque estoy haciendo cosas que no encajan conmigo, que suele ser mentir, esconder cosas. Intentamos, entre comillas, ocultar esa conducta de la que no nos sentimos en absoluto orgullosos y luego aparecen otro tipo de interacciones” explicaba.
Poco a poco, las compras empiezan a erosionar tu relación con otras personas. “Incluso muchas veces pasa factura nuestra relación de pareja” especifica el psiquiatra.

COMPRAS
Pero tranquilo, porque en estos momentos de compras compulsivas podemos ponernos barreras a nosotros mismos y evitar caer en una adicción. “Tenemos que planificarlo y en la medida de lo posible tener esa capacidad de alguna forma de limitarnos a nosotros mismos. Y dos estrategias más, una, en la medida de lo posible pagar con dinero” empezaba aclarando.
“Cuando pagamos con tarjeta, y no cuento cuando pagamos con el móvil, no hay sensación de gasto. Y el tercer punto, en la medida de lo posible, difiérelo en el tiempo. Es decir, no lo tenía planificado, pero de repente he visto que hay una chaqueta, un abrigo que me parece estupendo y que está muy bien de precio, pues lo pongo en el carrito y mañana lo mañana vacío el carrito. Es decir, mañana lo compro. O bien lo he visto en la tienda y mañana vuelvo a la tienda a intentar comprarlo, intentar diferir 24 horas para que esta tormenta de dopamina no nuble mi juicio” sentenciaba.



