Foto de Fernando de Haro: "La piel la tiene arrugada por la pena"
Fotografía del día de Fernando de Haro
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Foto de un detalle, de un pormenor, que es un pormayor. Foto de un montón de tierra. Un montoncito de tierra rubia, tierra recién cavada como la de un bancal en un huerto, tierra con algunas piedras que han recibido el golpe de la azada. Un hombre se ha sentado en el suelo del jardín donde hace mucho tiempo que nadie pasea desnudo, donde hace mucho tiempo que todo el mundo, cuando comienza a refrescar, se esconde detrás de los árboles. El hombre sentado en el suelo extiende una mano y agarra con fuerza la tierra de oro. La piel la tiene arrugada por la pena. Excava un poco con los dedos con un gesto que es la despedida de quien no quiere despedirse. La palma, abierta, empuja con ligereza, sin hacer fuerza, como si debajo tuviera todavía el tacto caliente de la carne amada. Pero el último beso ha sido un beso frío, un beso que llegaba de un lugar misterioso. Mientras el hombre se apoya en el bancal escucha a los buenos amigos, a los amigos bienintencionados que le desean al que yace que la tierra le sea leve. Sit Terra levis. Pero la tierra no le puede ser ligera al que reposa en el huerto en el que nadie pasea desnudo. No le puede ser ligera la tierra porque sus huesos nacieron para florecer no para convertirse en abono de lilas, no nació para ser uno de tantos que solo germina como un rosal de flores negras. La tierra no le puede ser leve porque el que ahora yace en el huerto nació para nacer, nació para seguir naciendo, no nació para ser polvo de una ciudad devastada, partícula de estrellas. El hombre de la foto agarra la tierra, dice te quiero y los amigos escuchan: tú no morirás nunca.



