La madrugada del sábado 25 de marzo al domingo 26 cambiamos la hora: las 2 serán las 3. Una hora de vida que se esfuma no por una ley de la física, sino por una decisión política. Una decisión política con la que llevamos conviviendo desde 1974 en España, y que tenemos para rato, porque en el BOE figura hasta 2026.

Tendremos más horas de luz. En cuanto al ahorro: los estudios recientes señalan que, o bien no hay ningún efecto o, lo que es peor, el horario de verano por ejemplo podría hacernos gastar más energía porque que aumentan el gasto en refrigeración.

La Comisión Europea propuso el 2019 como año para suprimir el cambio de hora dos veces al año, en primavera y en otoño. Fue después de una consulta online a todos los ciudadanos europeos. Han pasado 4 años y seguimos igual.

María Ángeles Rol de Lama, catedrática de Fisiología en la Universidad de Murcia y directora del Laboratorio de Cronobiología, cuenta en La Tarde de COPE que: "desde el punto de vista de la cronobiología, todos han manifestado que es conveniente quitar el cambio de horario, y el más equilibrado sería el de invierno. Porque la luz que recibimos al principio del día y de la tarde está equilibrado biológicamente. Aunque nos quedáramos con el horario de invierno, en verano las tardes seguirían siendo largas".

Según María Ángeles Rol de Lama: “El lunes es cuando nos encontraremos que cuando nos levantemos por la mañana, es de noche. Es cuando realmente vamos a notar este cambio”.

El cambio de hora también influye en el sueño: “al salir de trabajar es normal que la gente quiera tener un rato de ocio, luego cenar, película, y le quitamos las horas al sueño”. Y que se haga de noche tarde no ayuda a que nos vayamos pronto a casa.

Sin embargo, según el (CIS), el 65% de los españoles prefiere acabar con los cambios estacionales de horario y, de ellos, el 70,9% elige fijar el horario de verano.

A esto hay que añadir, que en España tenemos una anomalía horaria que se viene manteniendo en nuestro país desde la Segunda Guerra Mundial. Según el meridiano de Greenwich, en España deberíamos tener el mismo huso horario que el Reino Unido o Portugal, es decir, una hora menos, como en Canarias. Sin embargo, durante el conflicto bélico, Franco decidió sincronizar los relojes españoles con la hora de Berlín y París. Y así se quedó. El resultado es que el horario de verano que entramos estaremos más de dos horas separados del horario solar.