Los antepasados de la familia Comas adquirieron en subasta hace casi dos siglos una de las casas más emblemáticas de la antigua judería de Castelló de Ampuries, pero lo que no sabían es que uno de los espacios de la casa, que durante el último siglo había servido de garaje, resulta ser una de las sinagogas más importantes de la provincia desde el siglo XIII.

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Los propietarios no sospecharon nada del pasado de la casa hasta que llegaron los estudios del historiador local Miquel Pujol. Fue en ese momento cuando decidieron comprobar si aquello que contaba el historiador podía ser verdad. “Teníamos unas pequeñas notas del historiador, pero estaba detallado y muy claro que la sinagoga tenía que estar aquí”, asegura Vicenç.

La hija de Vicenç cursaba un máster en Historia Medieval y en el momento de terminarlo fue cuando decidieron comprobar si en el interior de sus garaje se hallaba las ruinas de la antigua sinagoga. “Contamos con un grupo de arqueólogos muy importante y junto con un historiador y mi hija comenzamos las primeras excavaciones”, explica el propietario de la casa.

Después las primeras excavaciones comprobaron que Miquel Pujol estaba en lo cierto, habían dado con las ruinas. “La primera sorpresa que nos llevamos es que efectivamente había restos de la antigua sinagoga”. Además, “el arco de piedra que tenemos en la puerta principal sería el arco original de 1.321 de la sinagoga”, añade.

Tras los hallazgos, se ha podido comprobar que la sinagoga contaba con un gran mikvé, baño ritual judio, al parecer, el cuarto más grande de Europa. “Lo importante de todo es que las excavaciones han dado sus frutos y hemos encontrado diferentes partes de la zona inferior de la sinagoga”, afirma Vicenç.