En estos momentos se están viviendo horas cruciales en la zona del Atlántico Norte. Allí, un submarino desapareció el pasado domingo por la tarde. En su interior hay 5 personas, 2 técnicos y 3 turistas que se dirigían al fondo del océano a ver los restos del Titanic. El sumergible se encontraría a unos 3800 metros de profundidad, esta distancia conlleva una oscuridad total, y una presión del agua que no cualquier sumergible es capaz de soportar. Hablamos del submarino canadiense en 'La Tarde'.

Ocean Gate es la empresa que oferta este tipo de expedición submarina y han confirmado cobrar la sonrojante cantidad de 250.000 euros por tripulante. Actualmente, los cuerpos de seguridad están en momentos de búsqueda contrarreloj, ya que el oxígeno dentro del submarino es limitado. Tiene una capacidad de 96 horas de autonomía y ya han pasado un total de 48, por lo que se encuentran en el ecuador del tiempo estimado.

Juan José Andreu Martínez es comandante de la Sección de Submarinos del Estado Mayor de la Armada. Ha asegurado que por medidas de seguridad, estos sumergibles tienen ciertos sistemas de largado de lastre de emergencia para aligerarlo y subir solos a la superficie. Pero ha advertido que en este caso no se tienen todos los detalles y que puede estar atrapado o, peor aún, con agua dentro. El experto ha explicado la solución que él le daría en caso de rescate: "Hay que manejar un barco y con un cable engancharlo, la solución es esa".

Por otro lado, el corresponsal de COPE en Estados Unidos, ha recordado que han estado buscando únicamente por superficie y que ahora comenzaran una búsqueda bajo el agua. Fierro ha comentado de qué manera lo harán: "Con un robot a control remoto y con balizas que lanza un avión P3 especialista en las búsquedas de submarino". El corresponsal ha confirmado que la expedición arrancó a las 6 de la mañana del domingo y cuando llevaba de descenso 1 hora y 45 minutos se perdió todo tipo de comunicación.

¿Qué posibilidades tienen los viajeros?

Cualquier fallo en estas circunstancias es prácticamente fatal y la presión bajo el agua a esos metros es similar a una columna de plomo que tuviese la altura del Empire States. Hay una tecnología brutal para hacer frente a esas presiones, pero en esos casos no hay un plan B.

Es uno de los lugares más inhóspitos de la naturaleza, donde los rescates son muy complicados. Lo más difícil de la operación es encontrarlos, acto seguido tener la suerte de que se encuentren con vida y por último preparar un plan para extraer el pequeño sumergible