El alimento cotidiano que podría estar arruinando tu calidad de sueño, según la ciencia: “Las famosas pesadillas”
El doctor en Biomedicina Aplicada Álvaro Astasio analiza en 'La Tarde' la veracidad de un estudio de la Universidad de Montreal

Mujer con insomnio
Madrid - Publicado el
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Un estudio reciente de la Universidad de Montreal en Canadá ha planteado una posible asociación entre la intolerancia a la lactosa y la frecuencia de las pesadillas, reavivando la antigua creencia popular de que cenar queso puede provocar sueños perturbadores.
El estudio canadiense que reaviva un antiguo mito
Según el estudio canadiense, un tercio de los estudiantes universitarios que fueron entrevistados sufrían pesadillas frecuentes. Además, un 40% consideró que cenar tarde afectaba de manera negativa a su descanso, mientras que algunos afirmaban que ciertas comidas, como frutas o vegetales, les generaba sueños positivos.
Por otro lado, un 25% de los concursantes confesó que ciertos alimentos, como los dulces, las comidas picantes o los lácteos, empeoraban la calidad del sueño. Según Jorge Alcalde, “no es fácil establecer una relación directa entre alimentos concretos y el efecto sobre las pesadillas”. Sin embargo, subraya la evidencia de “aquellos elementos que pueden afectar a la calidad de nuestro sueño: el alcohol, el café y los lácteos”, repercutiendo negativamente.

Mujer bebiendo café
Curiosamente, también hay ciertos tipos de carne de pollo que al contener triptófanos, favorecen “una mejor calidad del sueño”. Aunque los resultados de este estudio no son concluyentes, “investigaciones como esta nos pueden ayudar a entender realmente si un elemento concreto como el queso afecta a nuestras pesadillas”, afirma el colaborador.
Fortalezas y debilidades de esta investigación
Álvaro Astasio reconoce la importancia de esta investigación, ya que “ayuda a las creencias populares que normalmente dicen”, destacando tanto las fortalezas como las debilidades. La principal fortaleza es el gran tamaño de la muestra, con más de mil personas y “evidentemente con un enfoque multidimensional, ya que no estudia solo el sueño, sino también introduce la dieta y las percepciones de los participantes”.
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No obstante, Astasio subraya una debilidad crucial: “No deja de ser un estudio de autopercepción”. Los datos se basan en lo que los propios participantes recuerdan, “sin una verificación objetiva del sueño ni del consumo real de alimentos”, lo que “no permite establecer una buena causalidad, sino solamente una correlación”, explica.
Aunque este estudio sea subjetivo, sí que es cierto y se ha demostrado que hay algunos tipos de alimentos “que ayudan a la hora de, sobre todo y principalmente, la digestión, como las frutas y los vegetales”, afirmando que generan sueños positivos; por otro lado, la leche, el queso o los dulces azucarados “perturban el sueño a lo largo de la noche, conocido coloquialmente como las famosas pesadillas”.
La verdadera razón que hay detrás de un mal sueño
El consumo del queso puede perturbar algunas fases del sueño, y en este estudio se habla de los intolerantes a la lactosa. Según Astasio, “las personas con intolerancia a la lactosa reportaban muchas más pesadillas y peor calidad del sueño", explica el experto. El principal problema no es este alimento, sino la reacción del cuerpo a la lactosa que contiene, “lo que podría influir en esos despertares nocturnos"

Quesería
Esta distinción es clave a la hora de entender que no todos los organismos reaccionan de la misma manera ante los diferentes lácteos, y que la relación entre la comida y los sueños es más compleja de lo que parece y va más allá de simples creencias populares. Álvaro concluye en que “la clave está en entender cómo nuestro cuerpo procesa los alimentos y cómo esto impacta en la calidad de nuestro descanso”.