Llevamos más de 150 años tomando aceite de palma y ahora han saltado las alarmas. Este aceite está presente en productos industriales como galletas, pan tostado, patatas fritas, bollería, pre-cocinados, helados, pizzas o chocolate.

“El problema es que para el refinamiento de este aceite se utilizan unas temperaturas muy altas que generan elementos peligrosos para nuestro organismo, que incluso pueden ser cancerígenos”

Jorge Alcalde, divulgador científico de COPE, ha explicado en 'La Tarde' que el aceite de palma “es un aceite vegetal extraído de una planta que tiene unas propiedades alimenticias peores que el aceite de oliva, pero sobre todo tiene unas propiedades muy grasientas que son perfectas para muchos productos que tenemos en nuestra bollería, y que difícilmente se puedan conseguir con otros aceites”.

Lluis Serra es el presidente de la Fundación para la Investigación Nutricional y catedrático de Salud Pública de la Universidad de Las Palmas, y ha reconocido en 'La Tarde' que “el aceite de palma es un tema que debe tomarse en serio”. “Este aceite es un ácido graso saturado que debemos evitar”.

“El problema es que para el refinamiento de este aceite se utilizan unas temperaturas muy altas que generan elementos peligrosos para nuestro organismo, que incluso pueden ser cancerígenos” ha detallado el presidente de la Fundación para la Investigación Nutricional.

“Existen otros tipos de aceites más adecuados pero pueden ser un poco más caros, pero por ejemplo el aceite de colza es barato, lo que pasa que tiene mala prensa”

En cuanto a la visibilidad de los productos que contienen aceite de palma, Lluis Serra reconoce que “teóricamente esto debería constar en todas las etiquetas que contengan aceite de palma, pero todavía hay alimentos que no está especificado”.

Una de las alternativas posibles para evitar este aceite, según Serra, es el aceite de colza: “Existen otros tipos de aceites más adecuados pero pueden ser un poco más caros, pero por ejemplo el aceite de colza es barato, lo que pasa que tiene mala prensa”.

“Estos alimentos no deberían estar muy presentes en nuestra alimentación”. “Si no los comemos en exceso, tampoco hay que alarmarse tanto” ha concluido el presidente de la Fundación para la Investigación Nutricional.