

"Mejor por quedarnos con un escenario algo más esperanzador, con un mundo mejor con Trump o a pesar de Trump"
La comunicadora de 'La Tarde' analiza la labor de Trump para 'arreglar' las guerras que suceden en el mundo, como él mismo prometió hacer, y hace balance de las soluciones
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A Vladimir Putin no le gustan los Tomahawk. Bromea Trump con el miedo que tiene el presidente ruso tras dos horas de conversación telefónica que mantuvieron ayer.
Los misiles Tomahawk no son desde luego una broma. Volodimir Zelenski se los va a pedir esta tarde cuando acuda a la Casa Blanca.
Trump está eufórico tras el acuerdo de paz en Oriente Próximo y ahora se pone manos a la obra con esa guerra de Ucrania que promete se iba a arreglar en 24 horas cuando llegó el pasado 20 de enero a la Casa Blanca. Rusia es consciente de que esos misiles pueden cambiar el curso de la guerra. Con un alcance de 2.500 km, Ucrania podría golpear instalaciones militares rusas muy lejos de la frontera de ambos países.
No parece que el líder ucraniano salga esta tarde de Washington con los misiles en el maletero. Trump es experto en jugar a dos bandas. Amenaza a Putin con unos misiles que de momento no parece que vaya a vender a Zelenski.
El presidente estadounidense está de subidón tras el éxito diplomático que ha supuesto la liberación de los rehenes en manos de Hamás y los primeros pasos hacia una paz que va a ser verdaderamente complicada. Pero la guerra entre Rusia y Ucrania no lo va a tener tan fácil. Israel ha sido y es un aliado fiel de Estados Unidos y eso desde luego facilitaba las cosas. La Rusia de Putín en perfecta sintonía con China ha sido y sigue siendo un enemigo de los intereses de Washington.
De entrada, Putin y Trump se verán las caras en dos semanas en Budapest en la Hungría de Víktor Orban, el amigo europeo de los rusos. La Unión Europea desde Bruselas ya lanzaban mensajes esta mañana de que va a permitir el encuentro que Putin no tiene expresamente prohibida la entrada en territorio europeo. Vamos, que van a hacer la vista gorda.
Zelenski también acude crecido hoy a Washington. Varias informaciones cuentan estos días como Rusia, uno de los mayores productores de petróleo del mundo, está sufriendo escasez de combustible en las gasolineras. Los ataques ucranianos con drones sobre refinerías rusas les están haciendo bastante daño.
Zelenski ha dormido, por cierto, esta noche en la residencia que el presidente Trump destina a sus invitados. Las otras dos veces que visitó Estados Unidos, sin embargo, durmió en un hotel.
Queda lejano aquel 28 de febrero, ¿te acuerdas? Aquella primera vez, aquel día en el que los espectadores de todo el planeta pudimos ver la bronca en directo que Trump y su vicepresidente le echaron a un atónito Zelenski al que culpaban ni más ni menos que de provocar la tercera guerra mundial.
Ya en agosto el encuentro fue pacífico y hoy Trump invita a almorzar al presidente ucraniano. Lo de las formas y la educación no casan con el impetuoso presidente Trump, pero como a todos la historia les juzgará por sus resultados.
Dice precisamente Trump que ya lleva siete u ocho guerras arregladas. Ya serán menos. Mejor por quedarnos con un escenario algo más esperanzador, con un mundo mejor con Trump o a pesar de Trump.